INVASIÓN
Lo que nos espera es una lucha por ver quien se queda afuera
Por @sashapak_ as Caída Libre (https://substack.com/@caidalibre)
Nota original: https://caidalibre.substack.com/p/invasion
Una de las consecuencias más nefastas del periodismo hoy por hoy es que impide forjar una narrativa que dure más de 2 días. En este contexto, hacer recordar es una labor casi subversiva.
La sucesión de eventos que dejaron a Milei en la Casa Rosada serán, en algún futuro, revelados parcialmente en un documental o libro con gusto a poco escrito por algún periodista o politólogo. Pero mientras tanto, para el establishment ideológico (TV, diarios, académicos) sólo se encuentra legitimada una lectura de muchas posibles: el pueblo argentino, en su infinita sabiduría, ungido por la luz de la democracia y sumido en un gran enojo a causa de las malas administraciones del pasado, votó a un outsider para bajar la inflación y barrer a una casta parasitaria que nos subyugaba.
Para quienes estas explicaciones fáciles no alcanzan, el libre mercado de las ideas podría ofrecer muchas otras perspectivas, sin perjuicio de la narrativa oficial.
Por debajo, a cada nicho de la opinión pública opositora se le ofrecieron las explicaciones más variadas y delirantes, que van desde un golpe blando orquestado por el FMI para robarnos el litio y los acuíferos, hasta una cábala de masones tomando por asalto el gobierno para realizar un gran sacrificio ritual, o un plot israelí para apropiarse de parte del territorio argentino, como viene denunciando el informante del FBI influencer Nick Fuentes.
Mi tesis, es un poco más compleja y enroscada. Aprovecho la libertad de expresión:
Todos los partidos políticos fueron forzados a entrar en un nuevo set de reglas y contrapesos. Todos tienen permitido ser “opositores” en tanto y en cuanto colaboren con el gobierno, ya sea de forma institucional (la UCR votándoles las leyes) como de forma comunicacional (el kirchnerismo sin Cristina siendo una oposición discursivamente cómoda), así como también los márgenes (izquierda trotskista/anarquistas/”nacionalistas” aparateados por el MI6) captando a gente rota y usándola como mano de obra para operaciones nebulosas.
Todas las diferencias públicas son llevadas al plano estético y detrás de cámaras, hay negociaciones entre TODO el arco político. Uno sólo puede sospechar el contenido de esas conversaciones, qué se da y qué se pide. Gobierno de Unidad Nacional, aunque a muchos les duela.
Los medios de comunicación tradicionales compiten con los emergentes, que al igual que los canales de noticia salen por YouTube. Los más audaces, eligen también transmitir por X (ex-Twitter) en una tendencia de la cual nos tenemos que hacer un poco cargo. Todos son módicamente opositores, aunque estén controlados de alguna forma u otra por apéndices oficialistas.
Consultores que trabajaron para Milei son hoy también de periodistas opositores, o al menos eso creen sus audiencias. Gente que se reservó información que, quizás, de haberse hecho pública podía causar algún que otro cimbronazo en el período electoral.
La bananización intencional del discurso político, bajo la excusa de la parodia, es un camuflaje ideal que despeja cuestionamientos sobre flujos de dinero, información y otras yerbas.
Cómo se cocinó el escenario donde la población puede estar entretenida discutiendo pavadas como el “conflicto diplomático” con España debería ser una tarea de todos. Incluyendo a aquellas instituciones y gobiernos extranjeros que financian actividades para “robustecer la democracia”. Más culto le rendimos a la religión cívica, más estúpida se vuelve la población y más mediocre el nivel de conversación de la dirigencia política y empresarial.
Ya he repetido hasta el hartazgo que todo el arco político está cómodo con Milei. Quizás se hayan acostumbrado a negociar con él, cosa que es ciertamente complicada y según dicen, toma mucho tiempo dada la profundidad teórica con la que analiza cada una de sus decisiones.
Lo interesante es contrastar esa comodidad de la dirigencia con la desesperación y la angustia del electorado opositor. Cómo han logrado blindarse, contener cuestionamientos, impedir la renovación de cuadros, limitar la discusión mediática y cercenar las capacidades intelectuales, es una incógnita. Puede que estemos demasiado acostumbrados a ser los últimos en enterarnos de todo.
Todos los días pienso en ésta foto y me pregunto de qué habrán hablado. |
Preguntas interesantes que podría hacer el periodismo pero que yo no voy a hacer porque soy publicista:
En lugar de investigar a twitteros e influencers, ¿por qué el periodismo serio no ahondó en los intereses cruzados que se movieron detrás de la construcción de Milei como candidato, ya desde 2015?
¿Cuáles pueden ser las divisiones de la élite económica de cara al programa de ajuste macroeconómico, recesivo? Los perdedores por venir ¿son sólo los pobres?
¿Por qué algunas personas tienen un comportamiento mediático tan errático, al punto de que su discurso aparentemente opositor se siente como una parodia destinada a desprestigiar cualquier cuestionamiento real al gobierno? (ej. Rodrigo de Loredo o Fabián Waldman)
¿Cómo se construyó la narrativa (sostenida por encuestadores y consultores) de que hoy la oferta ideológica sólo contempla dos grandes grupos (a favor de Milei-en contra de Milei)?
¿Cuál es el rol real de los actores conservadores, entendiendo que su aporte en términos de caudal de votos es mas bien magro? ¿Por qué tipos como Nicolás Márquez o Francisco Sánchez son puestos constantemente en agenda pese a que son vistos como inviables incluso por buena parte del oficialismo? ¿Acaso no hay mejores exponentes intelectuales?
¿En qué quedó el plan de golpe de estado de Villarruel denunciado por Grabois y manijeado constantemente por usuarios “peronistas” en redes sociales?
Si lo que pasa en Twitter no le importa a nadie, ¿Por qué hay empresas que gastan fortunas en moldear el discurso ahí? ¿Quién paga esos servicios? ¿Únicamente los políticos?
Ojalá alguien tome la lanza.