FIDEO

 


Ese flaco bueno que trabaja en ser el mejor papá del mundo...por la generosidad y el amor a su tierra y a los argentinos


Autor: Juan Martín Perkins  



Para desgracia y vergüenza de Toti Pasman y Matías Liberman, vi “Romper la pared”.


Intentaré el imposible de prescindir hablar del talento en los pies de Angel Di María… pues es evidente que todos lo supimos disfrutar y no es necesario resaltarlo.


Nadie discute que Angelito Di María fue un fenómeno dentro de la cancha.


Lo que intento, es destacar la belleza del “ser humano” dentro y FUERA DE LA CANCHA.


Paren las rotativas, contaré una historia de alto poder emocional porque los héroes merecen que su historia sea contada. 


Sobre todo, cuando uno tiene la certeza de que ayuda a demostrar que todos los sueños se pueden alcanzar a base de esfuerzo, sacrificio y perseverancia. 


Fideo nunca se rindió ante la dificultad y enseña a los jóvenes a no darse por vencidos y caer en la trampa ideológica kirchnerista al plantear que el mérito no cuenta.


En la vida, seamos realistas, no siempre todo se puede, pero vi “Romper la pared”, el documental sobre la vida de Ángel Di María… El mérito, con la ayuda de Dios, lo es todo.


Romper la pared” retrata mucho más que rabonas, gambetas y otras magias de los pies.


Desde sus humildes inicios hasta la consagración total en lo máximo del fútbol mundial, Ángel Di María siempre exhibió una vida ejemplar. 


Desde las primeras gambetas en el potrero, los viajes parado en el portaequipaje de la bici de su mamá para llegar a entrenamiento, la carbonería familiar, el esfuerzo de toda la familia que siempre lo sostuvo y apoyó en Rosario Central, en el Benfica, Real Madrid, Manchester United, Paris Saint Germain, Juventus, Selección Argentina en Copa América, Intercontinental, Mundial y despedida en otra Copa América… siempre el mismo muchacho humilde y bueno, que no reniega de su origen y llora de emoción al recordar a sus padres.


El Fideo enamorado, ese que fue a buscar al amor en Rosario y le pidió que lo acompañe para toda la vida, porque sin ella no podría lograrlo, ese hombre flacucho de pies habilidosos que le prometió que no se arrepentiría de su amor eterno. Ese flaco bueno que trabaja en ser el mejor papá del mundo y que al final de cada partido, camina orgulloso por la cancha con su familia de la mano.


A ese Fideo Di Maria quiero dedicar la columna, al que fraccionaba carbón en bolsitas y salía a repartirlo en el rastrojero con su papá, a ese muchacho bueno que cierto periodismo destrozaba y el gobierno trató de desclasado por no dejarse usar.


Quiero agradecerle, más que por su triunfo, que sentimos nuestro, por su gran ejemplo. 


Por el testimonio de su fe inquebrantable. 


Por no tener vergüenza de ofrecer y agradecer a Dios. 


Por su emoción, por la entrega, por la generosidad y el amor a su tierra y a los argentinos.


No dejen de ver “Romper la pared”, les ayudará a entender porque esta Selección de Scaloni no se dejó usar por la política.


El gobierno kirchnerista no comparte ni comprende los códigos de las familias argentinas como la de Ángel Di María, por eso no vieron venir a esta selección. 


Todavía no ven que la fortaleza moral y espiritual de la Selección es lo que pasará a la historia.


Hoy, todos sabemos lo que pasaba en el despacho presidencial de la Casa Rosada. 


El gaterío en el sillón de Rivadavia, es una muestra de cómo se abusaba de todos los argentinos.


Está claro que el Fideo y la Scaloneta están en la antípoda moral y no tenían nada que hacer en ese antro.


Una vez más…  Vean “Romper la pared”, se emocionarán hasta las lágrimas.


Angel Di María es todo lo que está bien.


Juan Martín Perkins


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Agradecemos la difusión del presente artículo:  


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