CUESTA ABAJO EN MI RODADA


 No es un modelo económico, es un modelo político.


Autora: Iris Speroni (@SperoniIris)


¿Cuál es el modelo económico? ¿Y el político?


¿Cuáles son los puntos estructurales?


¿Qué es invariable y qué se puede modificar sin que nada cambie?


¿Por qué la Argentina tiene una organización económica tan diferente de Paraguay, Brasil y Uruguay, nuestros socios inmediatos?


¿Por qué estos tres países en los últimos años: a) crecieron, b) mejoraron los ingresos promedio de la población, c) no tienen inflación, d) aumentan sus reservas en sus respectivos Bancos Centrales, e) aumentan volumen y monto de exportaciones, f) reducen su deuda externa que, además, emiten a tasas envidiables?


¿Qué los diferencia a ellos tres de nosotros? 


Las excusas varían desde que son países pequeños y por lo tanto fáciles de administrar (Brasil es federal y grande), tienen más capital (no es el caso de Paraguay y Uruguay), etc.



Hipótesis de trabajo


Voy a tratar de dar respuestas.


Me basaré en:


Desde el segundo gobierno de Cristina Fernández que existe:

  • retraso cambiario,

  • cambios diferenciales,

  • altas tasas de interés en pesos y en dólares,

  • derechos de exportación combinados con retraso cambiario,

  • cepo (fruto de la existencia de cambios diferenciales),

  • bajos ingresos aduaneros por importación,

  • aumento de la deuda pública nacional y provinciales.

Las consecuencias son:

  • estancamiento y/o caída del PBI,

  • estancamiento y/o caída de los volúmenes de exportación,

  • caída de la actividad industrial,

  • caída del empleo formal privado,

  • complementariamente al punto anterior, aumento del empleo informal morigerado por un aumento del empleo público,

  • caída hasta la casi inexistencia de las exportaciones industriales por fuera de las agroindustriales (aceites, pellets, carne enfriada o congelada).

  • caída del nivel de vida de la población,

  • deterioro de la infraestructura vial, ferroviaria, energética, etc.

  • caída de la inversión y ahorro privados.


En un marco de recesión y aumento de la pobreza general (más allá de qué sector financia el circo), la Argentina ha persistido en absorber inmigrantes en las últimas décadas, mayormente de Hispanoamérica. En el caso de la diáspora venezolana, es una deuda de gratitud. En el resto de los casos es incomprensible. 


Si el país está mal, si no existen políticas de vivienda, si no se invierte en infraestructura y los sistemas de salud, educación, seguridad y administración de justicia están colapsados, ¿por qué se tiene una política de fomento de la inmigración?


No vivimos los años de bonanza de finales del SXIX hasta la segunda guerra mundial. Entonces, ¿qué es lo que motiva a los políticos? 



Respuestas posibles


Creo que el modelo es éste, el que vivimos ahora. No es un modelo económico, es un modelo político.


El que tuvimos con Cristina Fernández, Mauricio Macri, Alberto Fernández y persiste hasta hoy: tipo de cambio diferencial, tipo de cambio oficial manipulado a la baja y un BCRA que interfiere también en el tipo de cambio “libre”, prohibición de efectuar transacciones libres internas en divisa (la compra de granos, por ejemplo). Los DEX como forma de apropiación de la riqueza ajena a un sector vulnerable por su falta de representación. Con este dinero el gobierno de turno compra voluntades, por lo general, de otros sectores empresariales.


¿Por qué? Por lo que expliqué en EL TAMAÑO DEL BOTÍN. El tipo de cambio diferencial y un tipo de cambio “oficial” al que pocos acceden es un negocio ENORME para los que están adentro. 


Al concesionario público, implica traducir sus rendimientos a dólar barato. 


Al exportador de oro, pagar impuestos y aranceles cotizados a dólar “BCRA”. 


Al importador de autopartes, comprar dólares baratos, beneficiarse con  exenciones impositivas. El negocio no es vender autos sino comprar dólares baratos al Central. 


Los que importan productos, lo hacen o por Tierra del Fuego o por el Mercosur. Por esa razón, la Aduana no recauda aranceles de importación. Luego revenden a valores que triplican o quintuplican el valor minorista de otros países.


Ahora bien, uno puede hacerse la siguiente pregunta. ¿Si el costo de mantener el esquema cambiario que aprovechan unos pocos, significa el retraso del país - en infraestructura, en capacidades productivas, en inversión interna, en malvivir - no valdría la pena evaluar un sistema donde todos ganen? 


¿Donde las empresas que hoy ganan, continúen con sus réditos pero que esto no implique la pobreza en el resto?


Sí, claro que se puede diseñar un sistema donde todo el país gane, desde el herrero, el colocador de tejas, el camionero, los bancos, las terminales automotrices, el productor agropecuario, el maquinista ferroviario, los servidores públicos, las concesionarias de distribución de gas domiciliario. 


Ahora bien, eso significaría dejar atrás el programa de destrucción del aparato  industrial privado y público que comenzó en la década del ‘70. Hubo diversos intentos de frenar la demolición, todos infructuosos.


  1. Empezó con el secuestro de empresarios nacionales y ejecutivos de empresas industriales extranjeras instaladas en el país en los ‘70; hostigamiento para provocar la desinversión; lo que se logró parcialmente.

  2. Siguió durante la dictadura militar con una política similar a la aplicada luego por Cristina Fernández et al, a la que llamo “Machinea all over again”: tasas de interés en pesos altas, tipo de cambio fijo o manipulado por el BCRA, control de cambios, endeudamiento externo para sostener las políticas monetarias descriptas. Como consecuencia de las políticas monetarias se provoca un abaratamiento artificial de las importaciones, el cual manda a la quiebra a empresas locales. 

  3. El gobierno de Alfonsín: destrucción de toda la infraestructura pública, aumento de la deuda pública y el Mercosur, el cual abrió el ingreso de importaciones de Brasil sin aranceles y facilitó el traslado de industrias localizadas en Argentina a Brasil. 


La transferencia de riqueza de Argentina a Brasil a través de los saldos comerciales negativos en las décadas del ‘80, ‘90 y la primera del SXX, explican por sí sola el aumento de capital y su consiguiente aumento de PBI en Brasil y la caída de inversiones y de PBI en Argentina. Fue una destrucción brutal de la riqueza argentina en solamente tres décadas.


  1. Con Menem se desmanteló el aparato de FFMM e industrias estratégicas. Fue una exigencia anglosajona luego de perder la Guerra del Atlántico Sur. Asimismo se colocaron las utilities  - aunque temporariamente - en manos extranjeras, por exigencia del Banco Mundial (Plan Brady). Se terminó de destruir la red ferroviaria y por retraso cambiario se profundizó la transferencia de riqueza a Brasil. Aumentó la deuda pública.

  2. “Machinea all over again” aplicado por Cristina Fernández, Mauricio Macri, Alberto Fernández, y no desmantelado - aún - por el gobierno actual. 


Lo que sobrevuela esta caída al precipicio, es la deuda pública. Es la verdadera cadena de sometimiento.


La deuda pública es un mecanismo para tener sometido a nuestro país. 


A Alemania, la tienen sometida con más de 10 bases militares extranjeras en su territorio. Por eso no protestó cuando los EEUU le volaron un gasoducto. 


A nosotros, con la deuda. 


El tema no es la deuda. El tema es el sometimiento.


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Carlos Gardel, "Cuesta Abajo".


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Lecturas relacionadas:


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Breogán Feijoó
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