INVIERNO
Calefacción, indumentaria y calzado, comida: votaremos sobre las más elementales necesidades de nuestro Pueblo.
Arthur Laffer y Donald Trump. |
Autora: Iris Speroni
Una persona, para poder pasar el invierno lo mejor preparada posible, necesita estar bien alimentada, bien vestida - esto es, bien abrigada -, bien calzada y con su hogar calefaccionado.
Esas son las ventajas que han traído decenas de miles de años de civilización y que han permitido ocupar todo el planeta y aumentar nuestra esperanza de vida.
Los argentinos contamos con una ventaja excepcional sobre todos los países del mundo, conjuntamente con EEUU: comemos carne en enormes cantidades; lo cual mejora nuestro sistema inmunológico y eleva nuestra expectativa de vida.
Pero no es suficiente.
Calefacción
Actualmente nuestro pueblo calefacciona en forma deficiente sus hogares. No sólo por los altos costos de las tarifas de gas y electricidad - tarifas que están compuestas en un 50% por impuestos nacionales, provinciales y municipales - sino porque desde hace años desde el estado se ha promovido la desaparición de sistemas de calefacción tradicionales o alternativos. Se estimuló a los hogares a reemplazar la calefacción por leña o gas por los aires acondicionados frío-calor, porque “la electricidad estaba regalada”. Que miembros del gobierno de ese entonces fueran co-dueños de ensambladores de aires acondicionados en Tierra del Fuego y propietarios de cadenas de venta de electrodomésticos es sólo un detalle.
Esa sustitución de los sistemas de cocción de alimentos y calefacción por otros más “modernos”, los dejó a los hogares sin el beneficio de la diversidad. Les quitó la herramienta de elegir el sistema más conveniente según la ocasión. Hoy no pueden diversificarse porque requieren una inversión (comprar una salamandra, por ejemplo) para la cual no disponen del dinero.
Tuvimos años de electricidad a precio de dumping. Todas las panaderías cambiaron sus hornos, las familias cambiaron sus artefactos y tiraron las “viejas” estufas, se construyeron edificios en Buenos Aires sin instalación de gas. Ahora son todos esclavos, atados a lo que los amigos/testaferros del presidente quieran cobrar de electricidad y gas. Factura que luego se duplica con los impuestos.
Indumentaria y Calzado
Las personas están mal vestidas. Se ve en cualquier transporte público. Camperas que no abrigan. Pulóveres con sólo atisbos de lana - en un país productor y exportador de lana -. Calzado de mala calidad que no abriga.
La indumentaria es inalcanzable para gran parte de la población. Compran lo que pueden. Y pueden poco. ¿Por qué? Porque la mitad del precio de la prenda o de cualquier calzado es impuestos. Entonces los fabricantes, para poder tener un producto final al alcance de su público, empiezan a abaratar los costos. Se llama elasticidad ingreso; lo explicaré en otra oportunidad.
¿Por qué se exporta lana y no prendas terminadas? Porque hay impuestos en cada uno de los pasos comerciales e industriales. Básicamente impuesto al cheque e impuestos a los ingresos brutos que se replican según la cantidad de eslabones que tenga la cadena de producción. Explicado en detalle aquí.
Hay que agregar el costo financiero (a 20% cada 90 días) de todos los adelantos de impuestos, incluído el IVA. La consecuencia de gravar cada paso de la cadena de producción es que uno quiere salir del proceso lo antes posible. Y la forma más rápida de salir es vender la lana sucia. Si tengo que lavar, hilar y tejer, ya tengo tres veces impuesto a los ingresos brutos y tres veces impuesto al cheque (más todos los otros impuestos al combustible y a la contratación de personal).
Una persona, para poder pasar el invierno lo mejor preparada posible, necesita estar bien alimentada, bien vestida - esto es, bien abrigada -, bien calzada y con su hogar calefaccionado.
Esas son las ventajas que han traído decenas de miles de años de civilización y que han permitido ocupar todo el planeta y aumentar nuestra esperanza de vida.
Los argentinos contamos con una ventaja excepcional sobre todos los países del mundo, conjuntamente con EEUU: comemos carne en enormes cantidades; lo cual mejora nuestro sistema inmunológico y eleva nuestra expectativa de vida.
Pero no es suficiente.
Calefacción
Actualmente nuestro pueblo calefacciona en forma deficiente sus hogares. No sólo por los altos costos de las tarifas de gas y electricidad - tarifas que están compuestas en un 50% por impuestos nacionales, provinciales y municipales - sino porque desde hace años desde el estado se ha promovido la desaparición de sistemas de calefacción tradicionales o alternativos. Se estimuló a los hogares a reemplazar la calefacción por leña o gas por los aires acondicionados frío-calor, porque “la electricidad estaba regalada”. Que miembros del gobierno de ese entonces fueran co-dueños de ensambladores de aires acondicionados en Tierra del Fuego y propietarios de cadenas de venta de electrodomésticos es sólo un detalle.
Esa sustitución de los sistemas de cocción de alimentos y calefacción por otros más “modernos”, los dejó a los hogares sin el beneficio de la diversidad. Les quitó la herramienta de elegir el sistema más conveniente según la ocasión. Hoy no pueden diversificarse porque requieren una inversión (comprar una salamandra, por ejemplo) para la cual no disponen del dinero.
Tuvimos años de electricidad a precio de dumping. Todas las panaderías cambiaron sus hornos, las familias cambiaron sus artefactos y tiraron las “viejas” estufas, se construyeron edificios en Buenos Aires sin instalación de gas. Ahora son todos esclavos, atados a lo que los amigos/testaferros del presidente quieran cobrar de electricidad y gas. Factura que luego se duplica con los impuestos.
Indumentaria y Calzado
Las personas están mal vestidas. Se ve en cualquier transporte público. Camperas que no abrigan. Pulóveres con sólo atisbos de lana - en un país productor y exportador de lana -. Calzado de mala calidad que no abriga.
La indumentaria es inalcanzable para gran parte de la población. Compran lo que pueden. Y pueden poco. ¿Por qué? Porque la mitad del precio de la prenda o de cualquier calzado es impuestos. Entonces los fabricantes, para poder tener un producto final al alcance de su público, empiezan a abaratar los costos. Se llama elasticidad ingreso; lo explicaré en otra oportunidad.
¿Por qué se exporta lana y no prendas terminadas? Porque hay impuestos en cada uno de los pasos comerciales e industriales. Básicamente impuesto al cheque e impuestos a los ingresos brutos que se replican según la cantidad de eslabones que tenga la cadena de producción. Explicado en detalle aquí.
Hay que agregar el costo financiero (a 20% cada 90 días) de todos los adelantos de impuestos, incluído el IVA. La consecuencia de gravar cada paso de la cadena de producción es que uno quiere salir del proceso lo antes posible. Y la forma más rápida de salir es vender la lana sucia. Si tengo que lavar, hilar y tejer, ya tengo tres veces impuesto a los ingresos brutos y tres veces impuesto al cheque (más todos los otros impuestos al combustible y a la contratación de personal).
Cuando una mamá llega a comprar un par de medias para la nena, las pobres medias están tan cargadas de impuestos que la transacción es imposible.
Cuando uno ve fotos de época (‘60s, ‘70, ‘80) ve que las clases populares están mejor vestidos que nosotros. Buenos zapatos, buenos abrigos. Hoy es imposible. ¿A dónde se fue esa diferencia de ingresos que bajó la calidad de vida de nuestra población? Esa diferencia son los impuestos que se llevan mucho más de la mitad de los ingresos de los trabajadores.
Alimentación
Una mala alimentación baja las defensas y el individuo es más proclive a contraer enfermedades. En un país donde los hospitales no funcionan o tienen severos problemas, y donde la mitad de la fuerza laboral está fuera del sistema de salud sindical lo mejor que nos puede pasar es no enfermarnos.
La salud comienza con la buena nutrición. Y eso significa la combinación correcta de hidratos de carbono, lípidos, proteínas y vitaminas provistas por vegetales y frutas. Cuando la mitad de los alimentos, si no más, son impuestos, cuando cualquier almacén debe pagar una fortuna de ABL, cuando un camión paga miles de pesos de peaje para llevar su producto al Mercado Central, cuando el 55% del costo de combustible es impositivo, cuando cada transacción paga 5% de impuesto a los ingresos brutos y 1,2% de impuesto al cheque, hay que ser malabarista para poner un plato a la mesa. Y esto incluye a las clases medias acorraladas por los gastos fijos.
A su vez eso repercute en la caída de actividad desde el comercio que vende sweaters al fabricante de botones para el zapato guillermina de las nenas. Al llevarse la mitad de los ingresos de las personas en forma de impuestos, las personas pueden comprar la mitad de cosas. Las pymes (y las empresas grandes) venden la mitad, y todo entra en espiral hacia el fondo del Infierno. Como ahora.
Todo eso se resuelve en menos de una semana con la baja de impuestos. Bajan los impuestos, suben los ingresos de las personas, sube la demanda.
Nuestra clase gobernante, de todos los partidos, no sospechan el daño que le están haciendo a la población, en lo más elemental que tenemos: nuestros cuerpos.
Nuestra salud, nuestra continuidad como seres vivos.
Impuestos Aplicar la Curva de Laffer
Todos los políticos, los que actualmente gobiernan a pesar de lo cual actúan como comentaristas, y los anteriores, que no sacaron los impuestos cuando le tocó el turno, se rasgan las vestiduras por el alto costo impositivo.
La oposición declama que hay que bajar los impuestos. Axel Kiciloff sostiene que la mitad del costo de los alimentos son impuestos. Marcos Lavagna propone bajar (no eliminar) los impuestos a los alimentos. Ambos en su calidad de diputados nacionales pueden presentar tres proyectos el próximo lunes 5 de agosto: 1. eliminar impuesto al cheque, 2. eliminar el IVA sobre alimentos y forrajes, 3. eliminar los impuestos nacionales sobre los combustibles.
Aclaración: La Cámara Baja es la única que puede iniciar las modificaciones impositivas.
¡Cuánto quisiera un gobernante laffermaníaco!
Cuando uno ve fotos de época (‘60s, ‘70, ‘80) ve que las clases populares están mejor vestidos que nosotros. Buenos zapatos, buenos abrigos. Hoy es imposible. ¿A dónde se fue esa diferencia de ingresos que bajó la calidad de vida de nuestra población? Esa diferencia son los impuestos que se llevan mucho más de la mitad de los ingresos de los trabajadores.
Alimentación
Una mala alimentación baja las defensas y el individuo es más proclive a contraer enfermedades. En un país donde los hospitales no funcionan o tienen severos problemas, y donde la mitad de la fuerza laboral está fuera del sistema de salud sindical lo mejor que nos puede pasar es no enfermarnos.
La salud comienza con la buena nutrición. Y eso significa la combinación correcta de hidratos de carbono, lípidos, proteínas y vitaminas provistas por vegetales y frutas. Cuando la mitad de los alimentos, si no más, son impuestos, cuando cualquier almacén debe pagar una fortuna de ABL, cuando un camión paga miles de pesos de peaje para llevar su producto al Mercado Central, cuando el 55% del costo de combustible es impositivo, cuando cada transacción paga 5% de impuesto a los ingresos brutos y 1,2% de impuesto al cheque, hay que ser malabarista para poner un plato a la mesa. Y esto incluye a las clases medias acorraladas por los gastos fijos.
A su vez eso repercute en la caída de actividad desde el comercio que vende sweaters al fabricante de botones para el zapato guillermina de las nenas. Al llevarse la mitad de los ingresos de las personas en forma de impuestos, las personas pueden comprar la mitad de cosas. Las pymes (y las empresas grandes) venden la mitad, y todo entra en espiral hacia el fondo del Infierno. Como ahora.
Todo eso se resuelve en menos de una semana con la baja de impuestos. Bajan los impuestos, suben los ingresos de las personas, sube la demanda.
Nuestra clase gobernante, de todos los partidos, no sospechan el daño que le están haciendo a la población, en lo más elemental que tenemos: nuestros cuerpos.
Nuestra salud, nuestra continuidad como seres vivos.
Impuestos Aplicar la Curva de Laffer
Todos los políticos, los que actualmente gobiernan a pesar de lo cual actúan como comentaristas, y los anteriores, que no sacaron los impuestos cuando le tocó el turno, se rasgan las vestiduras por el alto costo impositivo.
La oposición declama que hay que bajar los impuestos. Axel Kiciloff sostiene que la mitad del costo de los alimentos son impuestos. Marcos Lavagna propone bajar (no eliminar) los impuestos a los alimentos. Ambos en su calidad de diputados nacionales pueden presentar tres proyectos el próximo lunes 5 de agosto: 1. eliminar impuesto al cheque, 2. eliminar el IVA sobre alimentos y forrajes, 3. eliminar los impuestos nacionales sobre los combustibles.
Aclaración: La Cámara Baja es la única que puede iniciar las modificaciones impositivas.
¡Cuánto quisiera un gobernante laffermaníaco!
Los diputados pueden obtener media sanción para bajar impuestos esta misma semana. No necesitan esperar a las elecciones presidenciales para lo que, después de todo, es de su exclusiva responsabilidad.
El domingo que viene hay PASO. Desde hoy a las elecciones generales todos los que hablan, oficialismo u oposición, pueden mostrar sus buenas intenciones para con nuestros bolsillos sancionando la baja de impuestos. Ahora. No el año que viene.
Y recordemos a nuestro querido Laffer: aumentar las alícuotas impositivas sólo logra bajar la recaudación, como el gobierno de CAMBIEMOS ha demostrado ad nauseam.
Por el contrario, eliminar impuestos, bajar alícuotas, aumenta la recaudación. Clase magistral que nuestros gobernantes olvidaron, nunca lo supieron o se hacen los distraídos.
El domingo que viene hay PASO. Desde hoy a las elecciones generales todos los que hablan, oficialismo u oposición, pueden mostrar sus buenas intenciones para con nuestros bolsillos sancionando la baja de impuestos. Ahora. No el año que viene.
Y recordemos a nuestro querido Laffer: aumentar las alícuotas impositivas sólo logra bajar la recaudación, como el gobierno de CAMBIEMOS ha demostrado ad nauseam.
Por el contrario, eliminar impuestos, bajar alícuotas, aumenta la recaudación. Clase magistral que nuestros gobernantes olvidaron, nunca lo supieron o se hacen los distraídos.
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