MARIONETAS


Autor: Juan Martín Perkins 

A medida que los “científicos” conozcan mejor la manera en la que los humanos tomamos nuestras decisiones, es probable que la tentación de basarse en algoritmos aumente.
¿Te gusta vivir en un mundo donde la toma de decisiones de los humanos sea mas fiable por medio de algoritmos que por los propios sentimientos humanos?.

Anoche pensaba sobre este tema mientras veía “El bebé de Bridget Jones” por Netflix.

La comedia romántica británica plantea el dilema de decidir con quien pasar el resto de la vida… según el mandato de los sentimientos o basarse en un conjunto ordenado de operaciones sistemáticas que permita hacer el cálculo y hallar la solución del problema. 

¿Algoritmo o sentimientos? ¿Cómo tomas tus decisiones?

A medida que los gobiernos, estados y empresas logran acceder al sistema operativo humano, nos convertimos en blanco de una andanada de manipulaciones, publicidad y propaganda dirigidas con absoluta precisión al centro de tus preferencias.

Nuestras opiniones y emociones son tan fáciles de manipular que nos veremos obligados a fiarnos de los algoritmos sin darnos cuenta. ¿Depositaremos toda nuestra confianza en la maquinaria?

En sociedades “supuestamente” libres, como la nuestra, los algoritmos ganan autoridad debido a que aprendemos por experiencia a confiar en ellos, hasta perder nuestra capacidad para tomar decisiones.

Miles de millones de personas en el mundo, actualmente, confían al algoritmo de Google la tarea mas importante, la búsqueda de información relevante y fidedigna. Ya no investigamos, ahora, desde hace 2 décadas, “googleamos”.

A medida que confiamos y apelamos a Google, nuestra capacidad disminuye. Hoy en día, la verdad viene definida por los primeros resultados de búsqueda de google. Esto ha ido disminuyendo nuestras capacidades físicas como también la de orientarnos y desplazarnos.

Le pedimos a Google Map que nos guíe cuando conducimos, eso hace que los chóferes de taxi o úber no necesiten conocer las ciudades donde trabajan.

Pedimos a Google que nos dé orientación vocacional para elegir una carrera profesional.

Como Bridget Jones, también podemos consultar para elegir la compañía mas conveniente.
Cuando entramos en Netflix para ver una película, la plataforma nos ofrece una oferta entre nuestras preferencias anteriormente evaluadas.

Las ofertas comerciales que recibimos son en base a los consumos que realizamos con nuestras tarjetas, así es como nos llegan todo tipo de tentaciones, desde promociones de hoteles, pasajes, ropa, vino, pornografía o libros.

La democracia liberal y el capitalismo de libre mercado ven al individuo como es, como un agente autónomo que toma decisiones continuamente en el mundo en que se desenvuelve.
Shakespeare diría: “Ser o no ser”

¿Es realmente así?

¿Tomamos nuestras “propias” decisiones en base a razón y sentimientos humanos… o todo lo dejamos librado al criterio del algoritmo?

Que las decisiones sigan siendo tuyas. Tu criterio es el que cuenta.

Juan Martín Perkins.
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