COMPROMISO
¡Gracias, Juan Carlos!
Autor: Juan Martín Perkins
No pude evitar oír una conversación entre dos parroquianos mientras esperábamos que nos atiendan en la ferretería.
Comentaban la muerte de Juan Carlos Saravia. Uno apenado, el otro indiferente.
Según el indiferente, Saravia no merecía homenaje popular porque había pasado 50 años sobre los escenarios, cobardemente, sin dar testimonio.
Le pregunté que entendía por dar testimonio y me contestó que Los Chalchaleros nunca habían tomado el compromiso de ir más allá de la música fácil, de cantarle al amor, las flores, las mariposas y los pajaritos.
Me pareció que no valía la pena decir una palabra más, pero cuando me fui lo hice con un sabor muy amargo.
Sentí que el que no había dado testimonio ante una injusticia era yo.
Decir que Juan Carlos Saravia no dio testimonio es, ante todo, una gran injusticia.
Recuerdo la larga despedida de Los Chalchaleros. No quedó artista, de esos militantes que se dice que tienen mucho compromiso, no quedó uno de esos sin subir al escenario Chalcha a compartir un clásico del folclore.
Hasta Fito Páez con su compromiso nacional y popular de “la mitad que da asco” rebuznó poesía chalcha y fue abrazado y reconocido por los 4 generosos gigantes del folclore.
Aparte de una voz y estilo únicos que serán inolvidables, con Saravia se fue un artista mayúsculo y una persona coherente que nunca hizo demagogia. Era tal cual se mostraba. Sencillo, llano, bonachón, querido y respetado por todos. Amante de la Argentina, de su esposa, de sus hijos, de la familia, de Salta y el campo.
Digo coherente porque no declamaba que la mitad de Buenos Aires le daba asco mientras desayunaba en el Alvear y cobraba de la mano del gobierno.
Coherente porque no se exilió en París.
Coherente porque subió a los escenarios a cantar, a recitar, a hablar sobre las cosas nuestras, a expresar su arte sin pudrirnos la cabeza con resentimientos o especulaciones políticas personales.
Puede gustarte o no como cantaba pero no podes decir que paso la vida sin dar testimonio, lo digo por si me estás leyendo…¡¡¡la pucha si no dio testimonio!!!
¿Hizo la fácil? ¿Te parece? Para mí, hacer la fácil para obtener aplauso seguro es ser militante de la bronca y canalizar la protesta hacia el odio y el rencor. Esa es la fácil.
Gracias Juan Carlos. Gracias por tantos años de arte limpio, puro.
Gracias por tu talento, por tu amor expresado en esa mirada transparente y emocionada cuando ofrendaste al publico a Facundo. En ese párrafo, “éste es mi hijo”, lo dijiste todo. Ese fuiste vos.
Gracias por hacernos cantar a todos, por tanto festival y peña. Por tanto vino, empanadas y poesía.
¡La pucha hermano! Si eso no es compromiso… ¿Qué es?
Yo vendo unos ojos negros…
Quien me los quiere comprar
Los vendo por hechiceros,
Porque me han pagado mal.
Más te quisiera más te amo yo
Y todas las noches las paso
Suspirando por tu amor.
Cada vez que tengo penas
voy a la orilla del mar
A preguntarle a las olas
Si han visto a mi amor pasar.
¡Gracias Juan Carlos, gracias Chalchaleros!
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