OSCAR 2020


Autor: Juan Martín Perkins   

En el homenaje a Juan Carlos Saravia de la columna del sábado pasado, resalté la virtud del artista por abstenerse de apelar al recurso demagógico en búsqueda del aplauso fácil.
Admiro a quienes hablan a través del arte y dan testimonio de coherencia entre lo que dicen y lo que hacen.

Esta semana fue la entrega de los premios Oscar.

Según dicen los medios, fue la ceremonia de premiación con menos rating de la historia. 25% menos que la del año pasado. Me pareció un absoluto y rotundo acto de justicia.
Como consumidor del arte de la ilusión me siento más defraudado a cada año que pasa.
Interminables tandas publicitarias entre cada 2 premios entregados, hacen que la velada sea berreta y tediosa.

Los discursos de agradecimiento al que nos someten algunos premiados son una falta de respeto.

Con un gracias por vernos y consumir lo que producimos basta y sobra, pero aprovechan para martirizarnos con agendas que nada tienen que ver con el arte y representan una hipocresía total. 

En boca de quienes viven en hoteles 5 estrellas y caminan por senderos de alfombras rojas, viajan en jets privados y llegan en limusinas de media cuadra, los discursos ambientalistas y de conciencia social quedan muy desubicados. 

Joaquín Phoenix, Oscar al mejor actor protagónico por su trabajo en “El Guasón”, ocupó su tiempo, ya que, parece, no tiene a quien agradecer ni afectos a quien saludar, en hacer un mea culpa sobre el autoritarismo con que los humanos ejercemos nuestro dominio sobre la tierra.

Habló sobre el salvajismo que representa extraerle el ternero a la vaca y disponer de la leche para agregar a nuestro café y cereales contra su voluntad. Raro ¿no?, en alguien que impulsa el aborto en humanos.

Hollywood da pruebas, año a año, de que alquila su tribuna y sus micrófonos para que desde allí se propague la idiotez, la hipocresía y la demagogia aplicadas a las agendas globales que nos acosan por todos los medios. Los medios de comunicación, los gobiernos y grandes organizaciones ONG multinacionales, todos abocados a exaltar la insensatez.

El arte y su magia han pasado a segundo plano y es evidente que el gran público se está dando cuenta. El rating lo dice fuerte y claro.  La idiotez cansa.

Escuché hoy que las muy premiadas películas “Parasite” y “El Guasón” son excelentes, de lo mejor en muchos años…. Al final del comentario descubrí que era la opinión de Marcelo Tinelli. Me ahorró el bodrio de verlas. Ya sé que no me van a gustar.

Es alentador cuando la mediocridad pierde rating. Quiere decir que los consumidores no somos tan tontos.

Al final, lo de mejor calidad y más auténtico que exhibió Hollywood, fue Brad Pitt. Un muy buen actor, que a pesar de los años, sigue estando como para modelar sungas de Calvin Klein.

Digo lo de mejor calidad y más auténtico, no porque sea lindo y buen actor, lo digo porque es coherente y no presta su imagen para campañas manipuladoras, demagógicas y deshonestas.

Como Juan Carlos Saravia, el arte habla por él.

Juan Martín Perkins.


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