GILGAMESH



“Olvida la muerte y busca la vida” son las palabras de la frase inicial del poema épico más antiguo del mundo.




Gilgamesh el inmortal, monarca de Uruk, es un personaje mitad Dios mitad humano, que encuentra y pierde el secreto de la eterna juventud. Es la estrella de la epopeya de una vida de 4000 años sumerios donde explora la naturaleza y el significado del ser humano y la vida.
Conozco a Gilgamesh. Es mujer. He conversado con ella a menudo, y como el poema, siempre me ofrece un supuesto muy práctico y útil sobre que hacer si me encontrara en la excepcional circunstancia de tener que reinar en la antigua ciudad de Uruk del reino de la Mesopotamia.


Gilgamesh tiene una casa redonda en el medio del campo, construida en un tanque australiano, techada con el gorro de un silo de granos, cerca de una capilla con cúpula de templo ruso.

Tiene aparentes 97 años en la tierra y hace 3 años plantó una higuera en una depresión del jardín… para que cuando crezca no le tape la visión y le quite perspectiva de horizonte. A mi no me engaña.

Siempre dice no saber cuando se irá, pero si adonde. Por el momento, quiere mudarse a Smith, a una casita distante una cuadra de la capilla, para estar cerca del Sagrario y poder visitar al padre Johnny.

En Smith la llaman Pachi y la conocen todos.

Acaba de salir de una neumonía a los 97 años y no está preocupada por la precaria sala de primeros auxilios sino por estar en gracia.

La última vez que conversamos me preguntó como veía la situación política argentina y le conté de mi preocupación por la violencia de la política interna.

Eso no es problema" contestó. "Sólo hay que aprender a convivir con ese hábito humano. La grieta es una conducta humana eterna. No es un problema argentino, es universal. Los países más desarrollados son los que mejor han aprendido a vivir en la disidencia, pero siempre bajo las dos lógicas encontradas. 
Sólo se trata de defender tu idea y luego, respetar las instituciones. A lo que no hay que acostumbrarse es a convivir con la corrupción”.

97 años, personaje legendario de la mitología sumeria, hija de la diosa Ninsun y de un sacerdote llamado Lillah.

Gobernante del distrito “La Armonía”, reina de Smith. Inmortal. Conocedora de los anhelos más profundos, el sentido de la vida y la muerte, la naturaleza de la espiritualidad, nuestro origen y destino que invita a asomarse al abismo del tiempo y La Palabra para emprender el viaje.

Se hace llamar Pachi, y en su paso por este mundo hace de tía, de hermana, de madre y amiga de mi mujer.

Cuando converso con ella simulo creerle y la trato con naturalidad, pero se de su trascendencia, de su misión superior. Se que esa mujer que juega con sus perros sentada en la mecedora con aspecto de inocente campesina rusa, un día, balbuceará una inentendible despedida, pateará la tierra como Rompelimpón y nos dejará con su recuerdo humano.
Nos dejará, para vivir la inmortalidad de su otra naturaleza, su mitad Dios.

Mientras, nosotros, seguimos distraídos con baratijas superficiales y espejitos de colores.
Juan Martín Perkins.


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