EDUCACIÓN ARGENTINA - LA CAÍDA DE LOS DIOSES II

Doña Sarah Eccleston
Grandeza y Decadencia de nuestra Educación


Capítulo II
Civilización y Barbarie

Autora: Prof. Andrea Solís (@AndreaMscolo)

Capítulo I aquí.
Padre Juan Ignacio Gorriti

Después de la Revolución de Mayo:  

Mariano Moreno y el Padre Juan Ignacio Gorriti en el Río de la Plata, y Simón Rodríguez en Venezuela predicaron una pedagogía liberal radicalizada, influida por Rousseau y los socialistas utópicos.  Sostenía la educación del pueblo como base de un sistema educativo progresista para las naciones libres (Puiggrós, 2003) [1] . El sistema propuesto se basaba en una enseñanza democrática, antirracista, laica y – en el caso de Simón Rodríguez  anticlerical, el cual  constituyó la base de la llamada “Educación Popular” [2].

Sin embargo, a partir de los sucesos de Mayo, no hubo demasiado tiempo para construir un proyecto educativo sólido, más allá de los esfuerzos individuales de patriotas como Belgrano. Los enfrentamientos entre la antiguo orden colonial y el revolucionario, más la puja Interior – Buenos Aires (más tarde plasmada en el enfrentamiento Federales – Unitarios) postergarían hasta 1884 el surgimiento del Sistema Educativo Nacional.


Bernardino Rivadavia
A partir de 1820, una vez caído el Gobierno Central porteño:

Con la derrota del último Director Supremo, Rondeau, las provincias quedaron a la deriva. El Congreso Constituyente de Tucumán de 1816 había fracasado: la Constitución de 1819 fue rechazada. Un nuevo intento de unidad, plasmado en el  Proyecto Constitucional de 1827, explotó por los aires, provocó la caída del presidente Rivadavia y sumió al país en la fragmentación y en las luchas civiles.

Los proyectos educativos elaborados en tiempos de enfrentamientos internos reflejarán entonces las diferentes posturas ideológicas: porque la Educación, lejos de ser un mundo de “blancas palomitas” es, ante todo, una cuestión política.


Gobernador Francisco Ramírez
Educación federalista popular con elementos liberales: 

Inspirados por Belgrano, la llevaron a cabo Artigas en la Banda Oriental, Bustos en Córdoba, Estanislao López en Santa Fe, Ramírez en Entre Ríos, Heredia en Tucumán, Ferré en Corrientes y Molina en Mendoza.  También se puede incluir en esta corriente a Francisco Solano López en Paraguay y Justo José de Urquiza en Entre Ríos. 

El proyecto proponía un sistema de educación pública no laica, moderna para la sociedad civil y rica para enaltecer la cultura de los pueblos:

             “Sean los orientales tan ilustrados como valientes” (Artigas).

El uruguayo José Gervasio Artigas probablemente haya sido, junto con Urquiza, el caudillo más interesado en la educación de su pueblo. El sistema de educación pública de la margen oriental del Río de la Plata aún refleja las inquietudes de su fundador; ha sufrido en menor medida los vaivenes y caprichos de la política partidaria que su semejante argentino. Fundó bibliotecas públicas y, a falta de docentes, introdujo el método lancasteriano, el cual propiciaba que los alumnos más aventajados – llamados monitores-  auxiliaran a sus maestros en la formación de los alumnos más noveles.

En la margen occidental del río Uruguay, Justo José de Urquiza funda en 1849 el Colegio (que después sería llamado “Nacional”) de Concepción del Uruguay. Por otra parte, en Santa Fe Estanislao López propiciará una educación pública tendiente a la gratuidad a través de becas otorgadas por los Cabildos y sentará las bases de la posterior Ley 1420.

Si bien el Interior nunca ha perdido su impronta en un principio hispánica, luego criolla, conservadora y católica, muchos caudillos se interesaron sinceramente en la instrucción de su pueblo. Sin embargo, las provincias de Buenos Aires y La Rioja no corrieron con la misma suerte de sus otras federales hermanas.


Gobernador Facundo Quiroga
Educación federal conservadora católica: 

Sostenida, en líneas generales, por Juan Manuel de Rosas y Facundo Quiroga. Promovieron la educación privada. La Iglesia, y no el Estado, se constituyó en el rector del campo educativo. Sin embargo, los contenidos se hallaban rigurosamente revisados por el gobierno. Buenos Aires – Capital y Provincia aún no se hallaban discriminadas –  desestructuró el sistema educativo precedente, no financió la educación, no fundó nuevas escuelas, obligó a los docentes a jurar lealtad a la Federación y adherir al Gobierno [3], ejerció una férrea censura a la prensa y a los escritores en general. Muchos de estos últimos, pertenecientes a la llamada “Generación del 37” debieron exiliarse unos en Chile (Sarmiento), otros en Montevideo (Echeverría).

Muy distinto era el proyecto de aquellos entre quienes se encontraría el principal redactor del proyecto constitucional de 1853.



Prof. Juan María Gutiérrez

Educación liberal: 

Comenzó a gestarse durante el gobierno de Bernardino Rivadavia (1826- 1827) y tomó un carácter europeísta, elitista y despectivo respecto a la cultura nacional. Fundó la Universidad de Buenos Aires y el Archivo Nacional. No fue su preocupación la instrucción de los sectores populares: tal inquietud surgiría en los hombres que frecuentaban el Salón Literario, luego llamados de la “Generación del 37”. 

Una vez derrotado Rosas en la Batalla de Caseros (1852) a manos de una coalición de Federales liderados por Urquiza, sumados a la Liga del Interior (Unitarios),  Esteban Echeverría, Juan María Gutiérrez, Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento se ponen manos a la obra en la elaboración de las instituciones de la República cerca del  modelo liberal estadounidense y lo más lejos posible de la Iglesia Católica.

Bajo la tutela de Sarmiento comenzó a elaborarse el Sistema Educativo Nacional. Durante la Presidencia de Avellaneda (1874- 1880) y como Senador por San Juan  logró que las propiedades sin herederos pasaran al Estado, y que con dichos fondos se construyeran 800 escuelas primarias. Admirador del sistema educativo norteamericano (inspirado a su vez en la Reforma Protestante), hizo venir a la Argentina a un grupo de maestras. En 1870 fundó la primera Escuela Normal Nacional, formadora de maestros, en Paraná. Por primera vez, las mujeres tomarían un rol fundamental en un aspecto de la res pública: la Educación. 

Pero no sólo las mujeres llamaron la atención de Sarmiento. Puso pasión en la Educación Común, común en dos facetas: comunitaria e igual para todos, tal como había sido creada en Alemania. 

Bartolomé Mitre, en cambio, se interesó en la Educación Secundaria. Inspirada en el modelo francés, tendría como objetivo la formación de la clase dirigente.

Más allá del innegable valor de estas gestiones en materia educativa pero  fieles al siglo XIX, consideraron que no toda población podría ser educable.


“Se nos habla de gauchos… la lucha ha dado cuenta de ellos, de toda esa chusma de haraganes. No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esa chusma criolla incivil, bárbara y ruda es lo único que tienen de seres humanos”. Carta de Domingo F. Sarmiento a Bartolomé Mitre. 20 de septiembre de 1861. [4]

La Constitución Nacional soñada por Alberdi llamó a “todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino” [5] … para quienes fue necesario redactar dos leyes fundamentales: la de Registro Civil y Matrimonio Civil (1882) y la de Educación Pública laica, gratuita, obligatoria y graduada (1884). Ambas tuvieron como principales destinatarios a la población inmigrante extranjera.

Dos leyes profundamente inclusivas, sancionadas bajo la presidencia de un hombre considerado como  exclusor, oligárquico,  y para algunos, genocida: Julio Argentino Roca.
Pero esa es otra historia.


Presidente Julio Argentino Roca

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Próximo capítulo: la Educación en la Argentina Moderna.


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[1]  Puiggrós, Adriana: “Qué pasó en la educación argentina”. 1° ed. Ed. Galerna. Buenos Aires, 2003.
[2] En el siglo XX los socialistas fundaron Sociedades Populares de Educación y Bibliotecas Populares, dirigidas a la alfabetización y la ilustración de los sectores obreros de la población, en especial, en Buenos Aires.
[3]  Muestra palpable de esta adhesión era el llevar la “divisa (rojo) punzó”.
[4]  En:  diario web “Areco al Día”, septiembre de 2013.
[5]  Preámbulo de la Constitución Nacional

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