SE ACABÓ LO QUE SE DABA
El agro argentino es el motor de la economía argentina
El agro argentino es el motor de la economía argentina, genera 7 de cada 10 dólares de exportación. Dentro de los productos que el agro exporta, la soja es el más representativo, más allá que recientemente han tomado más importancia el trigo y el maíz, porque estos últimos hoy no pagan retenciones.
Igualmente, esos commodities tienen tendencias similares a la cotización mundial de la soja. Y la tendencia, como se ve en el gráfico siguiente, es a dar por terminada una década de precios excepcionales.
Fuente: elaboración propia en base a datos de Hacienda
Un regreso al promedio de la cotización de la soja de los últimos 38 años, que es de 287,50 dólares la tonelada. Actualmente ronda los 300 dólares.
Hacia futuro no se ven perspectivas de mejora, al contrario, los costos del comercio entre China y EE.UU. están subiendo, lo que podría impactar en China haciendo decrecer su demanda de commodities. O sea, un mundo con menor actividad económica.
Normalmente, los países exportadores de commodities, absorben estos shocks depreciando sus monedas, algunos cuentan con fondos para sortear malas situaciones, e incluso crédito internacional disponible y sin usar.
Argentina continúa con un déficit galopante, ya agotó su límite crediticio, y se encuentra muy débil frente a cualquier deterioro del comercio internacional. Además de tener una presión impositiva récord mundial.
El Gasto Público sobre PIB viene en ascenso desde 2004. Subió alrededor de 20 puntos sobre el PIB, de 26,60% en 2004 hasta 47% del PIB en 2015. El gobierno de Mauricio Macri prometió desmantelar eso, pero gradualmente.
Hoy el Gasto Público sobre PIB se ubica en niveles similares a los del kirchnerismo porque el recorte de subsidios apenas está sirviendo para compensar la suba en la carga de intereses de la deuda pública. Con lo cual el déficit financiero se mantiene en niveles peligrosamente elevados.
Fuente: elaboración propia en base a datos de Hacienda
En el gráfico a continuación se ve que hay cierta correlación positiva entre la cotización de la soja y el nivel de Gasto Público sobre PIB. No es descabellado explicar que a mayor nivel de ingresos en dólares por la soja, mayor nivel de dispendio en las finanzas públicas.
Una soja promedio de 200 dólares permite explicar las reformas de Menem y una soja de 400, las contra reformas del kirchnerismo.
Frente a este cambio de escenario, la clase política discute, de cara al presupuesto de 2019, sobre quiénes recaerá el peso del ajuste de los alrededor de $ 4 billones que gasta el estado nacional, provincial y municipial. Si sobre obra pública, si sobre el agro, nuevamente, si sobre el estado nacional, si sobre las provincias, etc. Nadie quiere poner el cascabel al gato por las buenas.
Naturalmente, conociendo la historia argentina, no se descartan episodios que combinen elementos de crisis anteriores, incumplimientos con el FMI, más devaluaciones, más inflación, vuelta de retenciones a más productos o suba a la soja, y hasta incluso otro default de la deuda pública.
Recordemos que varios items del gasto público se ajustan automáticamente al alza por inflación pasada, y eso puede provocar una espiral desenfrenada. El desenlace está abierto, por ahora se acabó lo que se daba.
Naturalmente, conociendo la historia argentina, no se descartan episodios que combinen elementos de crisis anteriores, incumplimientos con el FMI, más devaluaciones, más inflación, vuelta de retenciones a más productos o suba a la soja, y hasta incluso otro default de la deuda pública.
Recordemos que varios items del gasto público se ajustan automáticamente al alza por inflación pasada, y eso puede provocar una espiral desenfrenada. El desenlace está abierto, por ahora se acabó lo que se daba.
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