LA HIJA DEL GENERAL




Autora: Crai @cecirai

Más o menos en estas fechas (mes más, mes menos) allá lejos, en Salta, una nena de once años va a tener que parir. Les repito, porque escuchar estas cosas suena como algo que sólo ocurriría en Sudán, Irán, o esas tierras donde el feminismo no llega porque el hijab, la violación, el matrimonio infantil y la ablación del clítoris se entienden como “algo cultural”: una nena de once años de Salta va a parir, debido a que fue violada.

Haciendo un recuento: la nena fue llevada al pediatra en la semana 19 de gestación. A la mamá le dijeron que estaba “constipada”. Al parecer la mamá, que también ignoraba que su hija ya menstruaba, le creyó al médico. La vuelve a llevar a la semana 21. El médico confirma el embarazo, le explica que “el bebé tiene bracitos y piernitas”, y en lugar de disponer la interrupción del embarazo (o argumentar objeción de conciencia y derivarla a otro obstetra) les hacen firmar a la mamá y a la nena una declaración en la que afirman que van a continuar con el embarazo voluntariamente. Una nena que no tiene edad para consentir una relación sexual, una nena que fue violada por su padrastro, ahora de pronto consiente (y su consentimiento es válido) continuar un embarazo.

Y acá es donde hace su entrada triunfal la horda de gente indignada. Contra Urtubey, el gobernador de Salta, quien impidió que se interrumpiera el embarazo, que ya excedía por casi dos meses el tiempo estipulado en la interrupción no punible del embarazo. Está clarísimo que no vamos a defender a Urtubey; pero ¿se entiende que la horda debería haber mirado para otro lado, quizás unas 24 o 30 semanas antes?



Vamos por partes. Primero, la nena fue violada en su casa. Por la pareja de su mamá. Su mamá no notó absolutamente nada hasta la famosa semana 19 en que la lleva al médico. ¿Cómo es que su mamá no notó nada, empezando por la parte en que su hija ya menstrúa? ¿No se percató de que había dejado de menstruar? ¿Dónde estaba su mamá, la primera persona que debió cuidarla y defenderla? Ya que hay gente tan gustosa de las estadísticas, ¿tenemos un número de la cantidad de abusos intrafamiliares en los que la madre y/o el padre sabían, y por los motivos que fuera, hicieron silencio o impidieron que el menor abusado hablara? Y hablando de motivos, ¿hay algún motivo más fuerte que simplemente proteger a tus hijos?

Segundo, la nena fue llevada al médico. El pediatra confundió una gestación de 19 semanas con una constipación y la mandó a la casa. Vuelven a la semana 21; le confirman el embarazo, la nena dice que fue violada, y tras un discurso que me imagino habrá sido terrorífico obligan a la nena y a la madre a firmar una declaración de continuación del embarazo. Queda detenido el padrastro. La nena sigue bajo control médico. Por su parte, la presidenta del rimbombante Observatorio de Violencia Contra las Mujeres, Laura Postiglione, declaró que “la niña no pudo acceder a la posibilidad de interrumpir el embarazo por los tiempos transcurridos. El plazo es de 12 semanas y por eso no se lo ofrecieron" y "generalmente las violaciones suceden en el seno familiar, las niñas no hablan por temor y hasta después de la semana 12 no se nota la panza. El plazo es totalmente inviable, es una restricción más", añadió. Hablan de plazos, restricciones, de interrupción del embarazo, y de necesidad de cambiar el protocolo, como si esto fuera lo realmente importante, y no que la nena fue violada en su casa, por alguien que tenía una relación con su mamá, y es un abuso que habría continuado por años de no haber existido un embarazo.



Las dos opciones, que la mamá realmente no se diera cuenta o que sí lo hiciera, pero encubriera todo, son igual de terribles, y eso no se soluciona con un cambio de protocolo, o con exigirle al Estado una protección no sólo tardía, sino que no le corresponde dar, porque el Estado no vivía en la casa con la nena, la mamá sí. Y la mamá debería estar presa: hay un caso similar en Mendoza donde la mamá y el padrastro fueron detenidos. Sin embargo, a la madre de la nena prácticamente no se la menciona, porque, repito, es más fácil pegarle a un Urtubey para llevar agua al respectivo molino que hacerse a la idea de que la mujer también puede, y es, cómplice de esos abusos. Por los motivos que sea. Vengan de a hordas a intentar convencerme de lo contrario, pero para mí no hay nada, ABSOLUTAMENTE NADA, que justifique el abuso infantil. O la complicidad para que se cometa. Y que esa complicidad merece un castigo.
El título del post es el nombre de una película, y remite a algo que no ha dejado de darme vueltas por la cabeza. Si no la vieron, la recomiendo mucho, gran actuación de John Travolta, y una pregunta tremenda: ¿qué es peor, la violación o la traición? Porque a mí particularmente, más que la situación legal de la madre o pegarle políticamente a Urtubey, lo que me importa es la nena. ¿Cómo queda esa nena después de todo esto? Una madre de 11 años, rodeada de un “equipo interdisciplinario” que con suerte no le va a decir que medio que todo eso se lo buscó, o que “así es la vida, a veces estas cosas pasan” y le va a enseñar a cuidarse y a cuidar de ese hijo, una nena eventualmente traicionada y abandonada por su mamá, que ojalá sepa cortar el ciclo y tenga la mejor vida posible, porque peor que la violación es la traición.
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Agradecemos la difusión del presente artículo: 

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