EL MUNDIAL DEL MICROPENEANO INMADURO


Autor: ripvanwinkle (@dcacademico)


Esto que sigue no se trata criticar al fútbol como lo hacen los intelectuales. Me gusta el fútbol, voy a la cancha y me parece un expresión del funcionamiento de parte de la sociedad .

Por eso mismo tampoco voy a hablar de fútbol a igual que nadie de llamado periodismo deportivo habló del tema durante estos meses.

Voy a poner un punto de partida extraño pero para mi clave en esta historia de habernos convertido en un tipo de sociedad mersa, grasa y maleducada.


Más o menos a la par de que en los casamientos de la gente “bien” los bailanteros hacían su Agosto cobrando fortunas por haber metido su música entre los “chetos” en los veranos de Punta del Este los chicos bien hacían fila para sacarse fotos en la playa con Miguel Barrita “El Abuelo” mítico jefe de la hinchada de Boca que gracias a los vientos de la época se había convertido en una figura del espectáculo.




El concepto del barra brava se había metido dentro de la sociedad y así comienza la decadencia de las cosas, primero se trata de una cuestión de culto hasta convertirse en mainstream. Ser barra brava es una medalla cool inclusive.



El Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
en la cancha de Boca Juniors.

Y así de repente teníamos una sociedad en donde todo se convirtió en una guerra entre bandos para todo tipo de situaciones.


El Tula y su bombo en los actos al lado de los que se ve en cualquier manifestación política o sindical es una la foto de una teta en una revista del verano contra el porno heavy que vemos ahora.


Esto se convirtió en una bola de nieve imparable y llegamos a esta situación en donde todo se convirtió en una guerra en donde el tema es 
tenerla más grande que el otro. Lo que mide la tuya no importa y esto que es una cosa general en este mundial llegó a una expresión sublime.

Todo lo que pasó en último mes fue una locura.


Una locura que empezó en una elección en la AFA en donde logramos el meternos en el guinnes gracias una elección en donde con votantes impares salió empatado. La política y la sociedad argentina vencieron a la matemática.


Pero más allá del hecho delirante en cuestión, sí es importante analizar quiénes eran los bandos.


Por un lado la vieja dirigencia agarrada al sillón del choreo y por el otro un animador que hizo su fortuna y su fama en la misma época que la gente se sacaba la fotos con los barras, poniéndole cámaras ocultas a los jubilados y a las los pibes del delivery para forrearlos. La sociedad lo aplaudía y terminó poniendo y sacando presidentes.


Todo el circo terminó luego con una elección producto de la rosca que conformó a muchos y evitó, de paso, que se pongan bravas las peleas de las paritarias.


Así llegamos a este mundial, a los tumbos, con la AFA pagando 4 sueldos por las distintas expulsiones de DT para conformar a parte de los jugadores que ante la anomia reinante hábilmente tomaron la selección como propia.


A propósito de esto logramos otro hito. A Sampaoli lo estamos pagando doble, le pagamos el sueldo acá y también le pagamos lo que le debía su club anterior.


Doble sueldo para un tipo que lleva un tatuaje de un grupo de música que calcinó 200 tipos justamente por glorificar la cultura del aguante.


Pero como todo esto no podía terminar en una anécdota política llegó la desmesura de Junio.


Una jauría de pseudos periodistas e informadores que superó con creces la de cualquier país y 54.000 ordinarios que fueron a Rusia a mostrar, en épocas de un dólar barato, antes de salir en todo los medios, lo ordinario e impresentable en que nos convertimos. Encima en el medio el dólar dejó de ser tan barato y hasta tuvimos protestas sindicales de los mismos quejándose desde la lejanía por la suba del mismo.


Azorados desde aquí veíamos a todos esos sujetos que aparecían en cámaras puteando a los brasileños, a los croatas y a todo el que le pase por adelante gritando como desaforados que acá estaba Argentina y teníamos “aguante “, ese concepto nefasto que destrozó la sociedad.


En el medio tuvimos 3 deportados , entre ellos un pajero que se hizo el canchero con una nena de 15 años y su video fue viralizado por el simple hecho que cagó a uno del grupo de wassap con un minicooper porque tenía una manganeta para tocar el cuentakilómetros. Así que no nos ilusionemos que esto se viralizó por alguien que quería justicia. Fue una venganza de barrio de uno que seguro haría lo mismo. Porque esos son los chistes que hoy hace esta sociedad.


Tuvimos nuestros empleados de empresas multinacionales cagando a palos a un par de croatas en las tribunas también, así como tuvimos a todos esos monos que cuando le reclaman a Messi que no canta el himno y cuando suena en las canchas lo aúllan cuales lobos.


Todo esto bajo la mirada cómplice de los periodistas.


Por supuesto que en este combo no podía faltar el Diego, exponente máximo de toda esa ordinariez  Hizo todas las que pudo frente a las cámaras destacándose un acto que fue festejado de forma pública por un periodista pagado por el intendente de Avellaneda, o sea con la nuestra.

El tipo se prendió un habano en un lugar prohibido y parece que el tema fue sacar el miembro para decir “quien se va a animar a decirle algo a Diego”. Festejamos no respetar las reglas.


El asunto se arreglaba con una multa y por supuesto vino la respuesta argentina clásica , “si puede pagar la multa que haga lo que quiera" . El santo grial del micropeneano.


Podría estar horas dando ejemplos pero esto sería eterno, pero voy a dar un hecho que cuando voy a la cancha me paraliza. Los niños, en las mismas canchas, son arengados por sus padres quienes, en vez de alentar, se la pasan puteando a los rivales. Cuando, encima, no hay hinchas rivales porque está prohibido.


Recuerdo mi niñez que cuando íbamos a jugar contra el colegio rival el grito era “chofer , chofer apure ese motor que en esta cafetera nos morimos de calor” .


Todo esto pasó en el medio y ayer en el partido con Francia un país con un PBI per capita de 4 veces más que el nuestro había menos de 7000 hinchas y el resto del estadio eran esos argentinos ordinarios, esos que antes de entrar a un telo le hablan a la mina de como las van a atender y cuando salen y termina todo mal le echan la culpa de su fracaso al tipo que ponía la música porque no los dejaba concentrarse.




Como el tipo ese ayer que vi por la tele puteando a los jugadores a los que le había hecho uno de esos banderazos nefastos que se hacen para cualquier cosa y ahora lloraba porque no habían respetado su esfuerzo que fue llegar a Rusia.


Desde que era niño pasaron 40 años en donde nos convertimos en una sociedad agresiva, rencorosa, vengativa, irresponsable y sin empatía y llegamos al año 2018, el año que perdimos otro mundial ,que no es, ni más ni menos, que mostrar al mundo a un ejército de inmaduros con un chizito entre las piernas y encima llorones.



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