EL NEPTUNE DE PRONI LESTON

Autor: Juan Martín Perkins

Durante el G20, se mostró por todos los medios la visita al parque de la memoria del presidente francés.

La llamada “socialdemocracia” que gobierna occidente tiene una agenda global que se aplica prolijamente en la Argentina.

No es de ahora, obvio, viene desde que se perdió la guerra en Malvinas, lo cual precipitó el retorno de la democracia y nuestro ingreso a dicho protocolo. 

Como para entender lo que te voy a contar… hay que recordar el juicio a las juntas y el proceso de desmilitarización y demonización de las FFAA. También hay que atar cabos respecto al Pacto de Olivos, reforma de la Constitución con el agregado de todos los tratados internacionales. 

Todo muy largo de explicar, pero que es necesario entender porque tiene una relación directa con las reformas educativas que fueron cambiando la manera de pensar y proceder de las sucesivas generaciones de argentinos.

Lo sucedido no fue un acto soberano de la Nación Argentina, es más, nos han limado ese concepto, al punto de llevarlo a su insignificancia.

Hoy bailamos al son de una agenda global que nos impone los temas por los que nos desangramos en discusiones imbéciles. Tan imbéciles, que a veces, pasan el límite de lo natural, biológico, científico, racional, verdadero… y sigue la lista.

El relato global socialdemócrata es transversal a todos los gobiernos argentinos desde 1983 en que nos afiliaron a la internacional socialista. Ojo, nadie sacó los pies del plato. Ni Menem, tan liberal que dicen que fue. Y mucho menos Mauricio Macri, quien está absolutamente consagrado a la causa aplicando el protocolo del mendigo. Hasta el ingeniero Alsogaray agregó el término social a su economía de mercado.

No voy a relatarte acá todo el hilo conductor de esta realidad ya harto decadente. Seguro lo sabés y no es el tema de esta columna.

Hoy quiero hacer un acto de JUSTICIA Y HOMENAJE

Cuando vi a Macrón arrojando flores en el parque de la memoria para cumplir con la receta global, pensé en tantos héroes que merecen ser recordados y homenajeados por actos nobles y valientes de VERDAD.

Me acordé de un Capitán de Fragata, Ernesto Proni Leston, que fue Comandante del Neptune de exploración durante la guerra del 82.

El Neptune era un viejo avión de la segunda guerra mundial que se usó en Malvinas para detectar y marcar la posición de la flota inglesa.

Volaba sin armas, con todos los sistemas electrónicos de comunicación y radar apagados para no delatar su presencia. Iba y venía en vuelo rasante una y otra vez para que los aviones de combate argentinos pudieran realizar las misiones con la seguridad de encontrar a su objetivo en alta mar. 

Me pone la piel de gallina escribir sobre lo que estos argentinos valientes hicieron en cumplimiento del deber. Acciones que nosotros NO MERECIMOS NI, MUCHO MENOS, CORRESPONDIMOS.

Al Neptune comandado por Proni Leston, hay que adjudicarle el hundimiento del HMS Sheffield por los Super Etendard de la Armada Argentina. Fue su última misión antes de terminar en el museo.

La suerte que corrió su comandante, fue digna y callada. Aunque condecorado, sufrió el dolor de la derrota y vivió el olvido y la indiferencia en su propia Patria, a la que había defendido arriesgando su vida.

Pasó a retiro como Capitán de Fragata en un país donde, tener pasado militar, fue transformado en una deshonra. La jubilación no le alcanzaba, así que salió a buscar empleo. Siendo chofer de remís fue asaltado y baleado en una pierna. Fue rengo el resto de su vida hasta que un 16 de septiembre de 2007, emprendió un último vuelo hacia la eternidad.

Se fue volando como en el Neptune, con el bajo perfil y la humildad de ese tipo de hombres que, paradójicamente y por mandato expreso, no están en el parque de la memoria. Ni aviso fúnebre tuvo. 

El día anterior, 15 de septiembre de 2007, había muerto Jeremy Moore, comandante de las fuerzas terrestres inglesas durante la guerra de Las Malvinas. Se había retirado en 1983. Al terminar la guerra fue ascendido con todos los honores, condecorado y nombrado Caballero Comandante de la honorabilísima Orden del Baño.

Desde el retiro vivió lleno de reconocimientos, honores y beneficios económicos.
Su deceso sí tuvo repercusión en los medios argentinos que lo destacaron como un buen soldado y hombre honorable.

Esta reseña sobre Moore sirve para ver la diferencia con este lugar nuestro, al sur de Bolivia y Paraguay, donde vivimos bajo el imperio de la decadencia socialdemócrata, como Macrón en el parque de la memoria, cumpliendo mandato de la ONU y rehuyendo de los chalecos amarillos.

El 83 democrático fue el hito que provocó Malvinas en el 82. De allí viene el relato que reemplazó la historia. De allí la deshonra y demonización.

Desde entonces analizamos la realidad con mapa y brújula socialdemócrata. Desde entonces, el fracaso económico, nos obliga a debatir una agenda que no es nuestra. 

Juan Martín Perkins.

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