ESPERT: DER UNTERGANG - Y ALGUNOS CONSEJOS




Autor: Reaccionario (@altrightar)

Nota original: https://t.co/l3mgFC36WU



Este no es un blog de política, pero vamos a tratar de tocar superficialmente este asunto de Espert de la manera menos aburrida posible. Resulta que el candidato liberal pactó — o lo que sea que haya hecho — con un tal Alberto Asseff que, según los rumores, habría fraternizado en algún momento con el mismísimo Alejandro Biondini, representante del Mal en la Tierra. El buen José Luis se sacó una foto junto al supuesto neonazi y la subió a Twitter, adjuntándole las siguientes palabras:
Hoy hemos dado un nuevo paso en la construcción del Frente Nacional Despertar. Charla muy productiva con Alberto Asseff, titular de UNIR #Espert2019
@jlespert
Al ver esto, los gladiadores del respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo sintieron mancillada su moral puritana y, en una movida que no puede describirse de otra manera que clutching their pearls, hicieron circular una carta en la que expresaron que José Luis Espert quedaba oficialmente excomulgado y condenado al ostracismo por haberse asociado con la persona equivocada. Una movida de lo más tolerante y bien digna de ese libro que no se cansan de citar.
Luego de que los generales saltaran del barco por ser una manga de maricones sin lealtad, siguieron los de más abajo: los jóvenes idealistas que quieren de una vez cumplir su sueño — pagar un Iphone a precio norteamericano y moverse en Uber. Y así, por una simple foto, se derrumbó el castillito liberal, porque la necesidad de hacer virtue-signalling pudo más. Nadie quiere ser asociado con los nazis; ni con los que se juntan con los nazis; ni siquiera con los que portan un bigote sospechoso. Y es que la cosa es así — todas las grescas políticas que ocurren en el centro del espectro político han involucionado hasta el mero abuso de la Ley de Godwin. Obama es un nazi; Trump es un nazi; Maduro es un nazi; Bolsonaro es un nazi. Simplemente porque en el Centro de la Sinopsis occidental, que engloba tanto a liberales clásicos como a liberales modernos (progresistas), el anti-Hitlerismo es canon:
Does anybody within the globalized world still think that Adolf Hitler was less evil than the Prince of Darkness himself? Perhaps only a few scattered paleo-Christians (who stubbornly insist that Satan is really, really bad), and an even smaller number of Neo-Nazi ultras (who think Hitler was kind of cool). For pretty much everybody else, Hitler perfectly personifies demonic monstrosity, transcending history and politics to attain the stature of a metaphysical absolute
The Dark Enlightenment. Nick Land.
Pero nos estamos yendo un poco por las ramas. Sí, está bien, los liberales son tan propensos al reductio ad Hitlerum como sus primos progresistas, pero eso no es difícil de adivinar. No es tan malo, además. Lo peor es que demostraron no tener la más pálida idea de lo que es hacer política, y, como era de suponer, están a medio paso de hundirse en la irrelevancia, que es donde pertenece el liberalismo clásico.
De Espert como candidato no voy a decir demasiado, porque nunca tuvo chances. Dentro de la economía, sus ideas eran bastante standard; fuera, inexistentes. Nos iba a entregar como cualquiera de los otros. El mejor resumen de toda esta tragicomedia lo encontré en Twitter:
Lo interesante de esta gente que rompio con espert por aliarse con nazi low cost, pero se hicieron los pelotudos con espert: #1 abortero #2 apoyando ideología género #3 apoyando liberar consumo drogas #4 cagandose en soberanía Argentina sobre Malvinas Valores, bien gracias, no?
 @VR09206753
No hay mucho más para decir — el liberalismo clásico está muerto. Espert era el único al que la gente le conocía la cara. Bah, todavía les queda el que perdió el debate contra Sol Pérez (y realmente pagaría por verlo postularse a algo).
Igual, como somos buena gente, siempre intentamos darle una mano al caído. A continuación, algunas medidas para que esta banda de inadecuados deje de ser el chiste nacional:
  1. Dejen de intentar ser el Republican Party. Es un partido históricamente perdedor. Bajen el poster de Reagan y sean ustedes mismos. Esto es Argentina y no Alabama.
  2. Banquen a su candidato. Es un hombre y es imperfecto. Aflójenle al sectarismo y aprendan sobre la lealtad. Elijan a alguien y síganlo callados la boca. Con ese individualismo adolescente de “yo no me arrodillo ante nadie” no van a llegar a ningún lado.
  3. Mátense a trompadas de la puerta para adentro discutiendo si es mejor el minarquismo o el anarcocapitalismo. A nadie le importa. Sean un bloque.
  4. Lean un libro que no sea de economía y dejen de pasar vergüenza de una vez. Eso de decir que el nazismo es de ultra-izquierda a esta altura da un poco de pena ajena.
  5. Encierren a Milei en una clínica. Es un maleducado piantavotos.
  6. Entiendan que ustedes tienen que ser el partido del hombre común y no de los jóvenes soberbios de Twitter y las universidades. Dejen de decirle “burro” a todo el que no sabe de economía.
  7. Argentina y sólo Argentina. A nadie le importa Israel. La gente sólo quiere vivir tranquila.
  8. La seguridad es responsabilidad del Estado. No utilicen como propuesta una segunda enmienda norteamericana. Es lavarse las manos, además de ser una pésima idea en este país.
  9. Entiendan que la teoría de género no es agenda soviética. Sale de Estados Unidos y llega vía academia, medios y bienes de consumo masivo.
  10. Dejen de centrarse en ustedes mismos. No existen. Dejen de juzgar a todo el mundo desde un púlpito que no se ganaron.
  11. Dejen de sonar como si estuvieran dispuestos a vender a sus madres por un puñado de dólares.
  12. Entiendan que la prosperidad material es la consecuencia y no la causa del proceso de civilización.
  13. Sepan que el proceso de civilización es complejo y lento. No alcanza con bajar impuestos y “abrirse al mundo”.
  14. Sepan que es hora de revisar sus manuales de 1850.
  15. Entiendan que la discusión no es y nunca fue capitalismo-socialismo. Mucho menos individualismo-colectivismo.
  16. Dejen de defender a las corporaciones. Son tan culpables como los gobiernos.
  17. Dejen de endiosar a los economistas. Dicen boludeces sobre Malvinas que a la gente no le caen bien.
Y bueno, esos son algunos consejos, ya que siguen insistiendo en ser liberales. Síganlos y quizás saquen más de dos mil votos (hay algunos más, pero creo que este ha sido un golpe bastante fuerte al ego como para ir agregando sopapos). O, bueno, hagan lo que ustedes quieran. A mí me da igual.


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