GREEN BOOK
La debacle de los medios llora pauta me fue expulsando de entre su clientela. Nos han maltratado tanto ofendiendo nuestras inteligencias, que opté por apagarlos. Chau canal.
Bienvenidas las series y películas. Volví a la magia del cine y el arte de contar historias, total, la fantasía del cine es ficción, pero al menos es una ficción que me gusta.
Hace pocos días entregaron los premios a las mejores producciones del año. Solo me faltaba ver la película que finalmente se llevó el premio a la mejor, “Green Book, una amistad sin fronteras”. Recomiendo verla, realmente vale la pena.
Algo que no suspendí, es la radio. Por mas tendenciosa que pueda ser, es una compañía cuando uno está viajando, así es que los que vivimos trepados en el auto… nos hacemos adictos.
Me llamó mucho la atención el signo y la orientación de las críticas a las películas de este año.
Tuve la sensación de que hablaban de otras películas. No las que yo vi.
Especialmente me extrañó una nota de John Carlín sobre la película mejicana “Roma”. Fue muy despectivo e irrespetuoso… hasta violento podría decirse. Ninguna de las nominadas fue de su agrado. Acusó a todas de faltas de historia, de falta de compromiso para asumir el riesgo de contar una historia con mas substancia.
En general, todas las críticas fueron en el mismo sentido, como si lo simple, lineal y bello hubiera sido una vergüenza artística. Una fiaca, como dicen los chicos.
¿Porque están tan enojados? ¿Tan bruto seré como para haber entrado en el engaño y pasarla bien con productos de tan baja calidad?
Puedo reconocer que “Roma” es aburrida y lenta, pero “Nace una Estrella” o “Green Book” me parecieron muy interesantes… ¿por qué la crítica las demolió?
No es cierto que fueron historias livianas y sin compromiso. Lo que pasó este año es que no les gustaron las historias.
Toda la critica se vio sacada de eje por bellas y nobles historias donde el arte y el talento se abocaron a exaltar la nobleza, la lealtad, el amor… la estética no cubrió las expectativas de la progresía.
Y claro, la izquierda no concibe que una patrona no entre en conflicto con la niñera trabajadora doméstica. Necesitan enfocar en el resentimiento y exigen que se les cuente la historia desde la relación de odio entre esclava y opresora. Si no es así, para ellos, no hay historia.
En “Nace una estrella” la crítica dijo que apelaron a una formula demasiado convencional. Para la izquierda, es demasiado fácil y falto de compromiso que la historia sea un amor entre un hombre y una mujer donde no se metan los cuernos ni se engañen hasta que los separa, solo, la muerte. Demasiado idílico dijeron, eso no pasa en la vida real. Para colmo eran una chica y un vaquero del interior que componían y cantaban folclore. Puaj!! Que asco, demasiado tradicional y además vuelve a triunfar el amor.
Longobardi se abrió las venas con una criollita, como buen culturoso amante del cine del mayo francés.
Pero recién terminé de comprender cuando vi “Green Book”, con un Viggo Mortensen que se roba la película.
Entendí la causa del fastidio progre. Están furiosos porque fue sacada de cuadro su visión. No conciben que nada pueda ocurrir desde otro lugar que no sea el fondo de la grieta. Para ellos, la única manera de contar es con el discurso de izquierda. Porque la vida real es así. Y la vida es traición, desamor, deslealtad, fealdad, marginalidad, lucha, muerte… En la vida real, las historias no terminan bien y tu chica nunca canta como Lady Gaga.
Para los críticos la vida siempre es cruda, miserable y desesperanzadora. Porque creen que ese es el manantial del arte y el talento. El conflicto y la revolución… fuera de eso no hay nada.
Por eso indigna que se cuente la historia de la amistad entre un negro y un blanco. La lealtad, el respeto y el amor entre los seres humanos los saca de quicio. Chillan que eso no pasa en la vida real.
Recomiendo fervientemente “Green Book”, especialmente a los que creen que no se puede construir y conservar poder sino es dividiendo para reinar.
Chau canal.
Juan Martín Perkins.
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