LA CITA DE CALIFORNIA CON LA REALIDAD



California sin margen para el error


Por Victor Davis Hanson
Nota original: https://amgreatness.com/2019/02/27/californias-rendezvous-with-reality/#.XHh8u9EBYzA.twitter

Los californianos se mandan la parte que su estado es la quinta economía del mundo. Reverencian las compañías Apple, Facebook y Google de Silicon Valley al igual que los antiguos griegos a sus dioses del Olimpo.


Hollywood y las univesidades como Caltech, Stanford y Berkeley son citadas como prueba permanente del dominio intelectual, estético y tecnológico de la cultura de la Costa Oeste.


Los californianos ven a su gobierno de partido único y progresista como un modelo neosocialista para una nación que se está moviendo a pasos agigantados hacia la izquierda.




¿Pero por cuánto tiempo van a conservar esa seguridad en sí mismos?


Los 40 millones de residentes en California dependen de menos del 1% de los contribuyentes quienes son los que soportan el 50% de la recaudación del estado por impuesto a las ganancias (impuesto del estado de California a las ganancias de sus residentes). Para los contribuyentes de mayores ingresos la alícuota del estado de California supera la alícuota nacional para el mismo rango de ingresos, que es de 13,3%.


En otras palabras, California no se puede permitir el lujo de perder ni siquiera unos pocos miles de sus contribuyentes personas físicas más ricos.  Pero una nueva ley federal de impuestos a las ganancias limita las deducciones por impuestos municipales y de los estados (provincias) en U$S 10.000 anuales (*), un cambio radical que implica un aumento de costo impositivo de varios miles de dólares a los contribuyentes de mayores ingresos.


Si aunque sea una mínima parte de los que pertenecen al 1% más rico de California se muda a estados sin impuestos a las ganancias, como Nevada o Texas, California puede enfrentar una caída de su recaudación impositiva devastadora.

Durante la prolongada sequía de los años 2011-2016 los políticos y los expertos clamaron que el calentamiento global iba a ser permanente ya que alteraba el clima, y que tanto la lluvia como la nieve serían eventos cada vez más raros en California. Como resultado de esas declaraciones se paralizaron las obras para incrementar la capacidad de los reservorios (de agua), obras que ya llevaban varios años de planificación. El objeto de esos reservorios era acumular agua producto de años excepcionalmente lluviosos. Debido a las predicciones de los fanáticos del cambio climático, consideraron esas obras innecesarias y nunca fueron hechas.


Entonces, en los años 2016 y 2017, California recibió records de lluvia y nieve - y eso provocó que la lluvia caída sobre tierras no explotadas fuera directamente a parar al mar. Desde entonces nada se aprendió.


California nuevamente experimenta lluvia y frío con máximos estacionales. El estado ha sido lavado por 18 billones de galones de lluvia sólo en febrero. Y todavía no se ha hecho ningún esfuerzo para expandir la capacidad de los reservorios. Millones de hectolitros de agua caída en tierras no cultivadas corre, en algunos casos en cascada, hacia el mar (agua que puede ser dolorosamente echada de menos el próximo año).


La inhabilidad para construir reservorios es especialmente trágica dado que el proyecto de un tren de alta velocidad ya ha consumido U$S 5.000 millones sin que todavía haya sido puesto ni un solo durmiente.  La estimación del costo total del proyecto ya creció de los originales U$S 40.000 millones al actual presupuesto de U$S 77.000 millones. Debemos darle crédito al nuevo gobernador Gavin Newson, quien, previendo una catástrofe presupuestaria, canceló el proyecto de tren-bala para todo el estado de California. Sólo dejó en pie que se terminara un tramo de una vía que hoy va a ninguna parte, el tramo Central Valley.


Por años el tren-bala ha desfinanciado el presupuesto de transporte de California, lo que impidió que se ampliaran unos tramos de lo que hoy es una pesadilla en la Autopista 99 del Central Valley y que impidió que la esclerótica línea Amtrak de una sola vía se convirtiera en una moderna línea en ambos sentidos ( dos carriles de ida y vuelta).


Los políticos de California se desafían los unos a los otros para probar que su política de fronteras abiertas bona fide es conveniente, con el 27% de habitantes no nacidos en los EEUU.


Pero la salud, la educación y los costos legales asociados a una inmigración ilegal masiva están desollando al presupuesto. Un tercio del presupuesto del estado de California se destina a la salud (Medicare, en California Medicaid). La mitad de los nacimientos del estado son financiados por Medicaid (**). De esos nacimientos, un tercio provienen de una parturienta inmigrante indocumentada.


California enfrente una tormenta perfecta de personas en situación de calle o linyeras. El laberinto de zonificaciones y regulaciones de construcciones de vivienda impide la creación de viviendas de bajo costo. Sus generosos beneficios sociales y la falta de persecución policial a la vagancia y a las leyes de salud pública, más un clima moderado atrae a los crotos. Casi un tercio de los beneficiarios de planes sociales de EEUU viven en California. Y cerca de un quinto de ellos viven bajo la línea de pobreza.


El resultado es que decenas de miles de personas viven en las calles y en las veredas de las ciudades más grandes del estado, y han resurgido enfermedades que se creían erradicadas, como el tifus.


El gobierno progresista de California parece no tener rumbo o idea de como lidiar con todos estos problemas, dado que soluciones obvias como viviendas de bajo costo y reforzar el cumplimiento de las leyes de salud pública se ven o como muy costosas o como políticamente incorrectas.


En suma, California no tiene margen de error.


Incorporación acelerada de nuevos derechos, costos de pensiones crecientes, dinero derrochado en un tren-bala, reservas inadecuadas de agua, políticas de inmigración laxas era tolerables porque 150.000 californianos pagaban enorme pero deducibles impuestos a las ganancias.


No más. Los californianos pudieron menospreciar y tratar de "egoístas" al 1% de la población. Ahora, están rogando que esos contribuyentes tan exigidos se queden y estén dispuestos a pagar más impuestos que antes en lugar de mudarse.


Ésa es la única manera en que California podrá continuar gastando dinero en proyectos que no dan rutas seguras, agua abundante, buenas escuelas y calles seguras.


Una concientización de California está en el horizonte. Y puede no ser lindo.



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(*) Nota de RestaurAR: Hasta esta nueva ley las personas podían deducir de su pago total de impuesto a las ganancias al gobierno federal los impuestos pagados en los municipios y los estados (provincias). La eliminación de la capacidad de deducción (o la reducción a niveles mínimos) hace que los contribuyentes tengan que pagar los impuestos al gobierno federal (nacional) y al mismo tiempo pagar al gobierno estadual, en este caso al Estado de California.

(**) N. de R.: Esto es, la mitad de los nacimientos son cubiertos por el estado porque la persona no tiene cobertura médica.

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