ALINEADOS POR LO MEDIOCRE
Propiciando una falta de exigencia, un desapego progresivo y paulatino, primero por las formas y después al fondo mismo de las cuestiones que hacen a la formación de las personas, sin lideres sapienciales, trocando inteligencia por viveza y conocimientos por obsecuencia y dando más valor en definitiva a la enseñanza ideológica que al saber científico.
No nos puede llamar la atención que, en estos últimos tiempos, voces de diferentes sectores vienen manifestando que Argentina es un país inviable, son los mismos que propician cambios, algunos en nombre de un presunto patriotismo, pero a poco que podamos ver, esos cambios que mayoritariamente enuncian o son recetas fracasadas o son cambios absolutamente negativos que agravarían más el desastre en que vivimos inmersos.
La mayoría de esos cambios, que promociona el periodismo mediático y los voceros de la clase política, o presuntos opositores, son meramente cosméticos, formales o incluso inconvenientes. Las reformas estructurales al Estado que propicia la llamada “oposición” que, no olvidemos, son quienes han perdido el poder por su propia incapacidad de gobierno y hoy estarían llenos de frustración, es probar con lo mismo en diferentes dosis, algunas más moderadas y otras más extremas.
Ocurre que todos son, de un punto a otro de la recta, liberales filosóficos y políticos. Mientras que aparece, provocada por una corriente de pensamiento que disiente con el total de la Casta política con un contundente “que se vayan todos”. Es la bronca del ciudadano sencillo que quieren capitalizar algunos “nuevos” espacios de una presunta “derecha.” Compuesta por un amontonamiento de personajes más o menos mediáticos o de relativa popularidad.
Estos sectores, cuyos integrantes convencidos unos y otros a regañadientes (se auto perciben patriotas) se remiten a los ajustes económicos de sesgo más o menos liberal. Pero también terminan estando dentro de lo “políticamente correcto” quieren vender ser diferentes, predican patriotismo y practican liberalismo son más de lo mismo. Seguramente capitalizaran alguna adhesión de patriotas desprevenidos.
Nunca es poco repetir que el sistema es, partidocracia inorgánica de consensos anodinos, capitalismo globalista de raíz financiera y progresismo de raíz liberal jacobina o marxista marcusiana, se va siempre por el mismo sendero, con sarasa o convencimiento, discurren las cacareadas reformas. Nunca sacar los pies del plato que manda el Poder Mundial, el Nuevo Orden Mundial.
Este sistema que impera en nuestra Patria, es uno de los que encarnan las tendencias de la llamada “socialdemocracia” uno de cuyos componentes partidocraticos, ha entronizado en la presidencia de la Republica al poco meritocratico y gris burócrata que pretende gobernar hoy nuestro país con bandera de peste. En realidad, desgobierna y pone en gran tensión a la Nación.
Hoy aparece un marcado disenso, en la ciudadanía argentina, producto del rechazo, cansancio, desánimo y fundamentalmente el desequilibrio económico, que produce en gran parte de la población argentina este sistema. Siempre en las socialdemocracias, para mejor control de lo políticamente correcto, se hace imperar la tendencia a formar dos grandes facciones que se diferencian en detalles, el oficialismo y la oposición.
Dejemos bien en claro que Argentina no es un país inviable, por el contrario, solo seguirá siéndolo si se insiste en obrar conforme al mismo libreto de siempre, al cual se apega la “dirigencia” política, “oficialista” o de la “oposición” asesorados por los “economistas” sabiondos, expertos en ineptitud o corrupción, que además y para que nadie saque los pies del plato, son referentes de algunos de los que dicen ser de la “derecha” nacional.
Por estar atada al mismo libreto en especial desde hace muchas décadas la Nación Argentina no tiene una Estrategia Nacional Total, por lo tanto, no hay planificación para establecer las condiciones económicas, jurídicas y políticas que fomenten inversiones a largo plazo que sirvan para el desarrollo de las capacidades industriales del país
Aclaremos, como muchas veces dijimos, que el Sistema no está enfermo, sino que es la enfermedad en sí. Cada uno de los argentinos sabe por ver y experimentar, la destrucción que hemos sufrido en cuatro décadas hasta reducirnos a vivir en un país deprimente y miserable sin ningún peso ni poder propio, al punto tal de ser una Nación de existencia meramente virtual.
Hoy vivimos una gran incertidumbre a nivel político y económico, la situación tiende a deteriorarse más pronto que tarde, este tipo de gobiernos es de los que seguirán a los tumbos, saltando hacia adelante como siempre, pero hoy adelante tienen un gran vacío, que debemos estar preparados para llenar con una nueva clase dirigentes, que, con sentimiento nacional en sus entrañas, coraje y capacidad, promuevan la meritocracia y lleven adelante un cambio verdadero, remplazando la inepta casta política por Patriotas.
Marcos Kowalski
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