GLOBALIZACION o NACIONALISMO


Una reacción natural, particular y local a los flujos del desarraigo globalizador. 

Autor: Marcos Kowalski (@kowalskimarcos)

El fenómeno nacionalista regresa hoy, en el mundo y vemos aflorar, en el ser humano, el sentimiento de pertenencia a la Nación, como uno de los aspectos fundamentales de su identidad, que es sin dudas ir más allá del difuso sentido de pertenencia a la humanidad que propone el progresismo mundialista, el ser humano siente que vitalmente la nación, su Patria lo contiene en el conjunto de compatriotas, porque la Patria, es real, se siente, la “humanidad" es una idea abstracta. (1)

Aparece el nacionalismo, queriendo promover una nueva sociedad y reconquistar al hombre, tal cual es en su realidad natural, a la persona real que interactúa con sus congéneres socialmente. El nacionalismo actual es un modelo antropológico, axiológico y existencial que partiendo del hombre real se dimensiona en la Patria.

Un nacionalismo que no sólo cuestiona la globalización y las políticas actuales, en términos de una eficacia de medios, sino los valores y fines últimos en que se fundamentan tales políticas globalizadoras y yendo va más allá, es una reacción ante el programa de la globalización, y, fundamentalmente de la ideología que parece sustentarla.

El renacimiento de la identidad nacional es una consecuencia lógica al vacío dejado por la crisis de la modernidad. Es una reacción natural, particular y local a los flujos del desarraigo globalizador que pretende eliminar las fronteras que, en su propagación y multiplicación acelerada, son percibidos como una amenaza a la integridad de las naciones.

Para poder analizar el nacionalismo como un sistema de generación de sentido es necesario remitirnos a la definición de cultura, a un sistema simbólico. La cultura se convierte de este modo en un complejo entramado de significaciones: vehículo simbólico a través del cual las sociedades consiguen dotarse de elementos de significación del comportamiento social de los individuos. (2)

En otras palabras, el nacionalismo se posicionaría como una fuerza reactiva localizadora que busca equilibrar y contrarrestar el flujo des-localizador global. Las culturas nacionales radican en el terreno local. La globalización pretende la dispersión de generar el conocimiento, que se encuentra ya fuera de los límites estatales y ha caído en las redes del mercado transnacional.

Esto deja entrever un peligro mortal para cualquier Estado Nacional, porque la “globalización” puede ser, también, una máscara, un disfraz usado para encubrir realidades diferentes, que tienen que ver con el dominio mundial de ciertos grupos de poder para imponer el nuevo orden mundial que se inaugura con la modernidad, y se agudiza en nuestros días.

Y que tiene como objetivos la construcción de un mundo único, globalizado. Como consecuencia de este proyecto, aparecen la teoría del derrame en economía, la democracia neoliberal en materia política, el multiculturalismo y la política de género en los terrenos de la educación y cultura, la new age como alternativa a la religión y el hombre light en los campos de la antropología y la filosofía.

Por eso en la democracia neoliberal progresista se impulsa un sistema de partidos donde sólo existe un pensamiento único y un discurso político-practico, y es compartido por todas las organizaciones políticas, sindicales, culturales, y no digamos ya por las instituciones públicas, que imponen los discursos filosófico y político- ideológico del sistema como evidencias no sujetas siquiera a discusión.

Pero hoy pensar y actuar desde los nacionalismos sorprende a los integrantes del globalismo y sus teorizadores del nuevo orden mundial, es que el mundo único propugna ideas únicas, su origen es lo que se viene enunciando desde la finalización de la segunda guerra mundial, que en teoría había desprestigiado los nacionalismos, sobre todo mediante los postulados de la escuela de Frankfort. (3) 

Pero el pensamiento Nacional surge a partir del disenso con respecto al pensamiento único y políticamente correcto que sostiene este nuevo orden mundial. Y pensar a partir del disenso es contravenir y contradecir a los sostenedores conformistas de la teoría del consenso que quieren, como nuevos nominalistas, arreglar la realidad con palabras. (4)

En resumen, diremos que desde lo ideológico el sistema globalizador mundialista se define por la democracia de masas, el capitalismo salvaje y el marxismo cultural o progresismo, mientras que el nacionalismo no solo es distinto del comunismo marxista y del liberalismo burgués, sino que, en primer lugar, emana de un sistema de valores o axiología diametralmente opuesta a los del humanismo internacionalista moderno, sea cual fuere su plasmación concreta.

Marcos Kowalski

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Agradecemos la difusión del presente artículo:  

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Notas:

(1) Ver del autor: http://restaurarg.blogspot.com/2020/08/conciencia-nacional.html 

(2) La cultura, según la define Cliford Geertz en su libro “La interpretación de las culturas” (1973), dice que la cultura es: "sistema de concepciones expresadas en formas simbólicas por medio de las cuales la gente se comunica, perpetúa y desarrolla su conocimiento sobre las actitudes hacia la vida."

(3) Se denomina al cuerpo teórico de pensadores de diferentes disciplinas adscritos a la Escuela de Frankfurt: Theodor Adorno, Walter Benjamín, Max Horkheimer, Herbert Marcuse, Jürgen Habermas, Oskan Negt o Hermann Schweppenhäuser, Erich Fromm, Albrecht Wellmer y Axel Honneth entre otros.

(4) La idea de democracia deliberativa de Habermas, Cohen y Bohman según la cual “los retos modernos pueden ser superados inventando nuevos foros en los que los ciudadanos deliberen juntos y hagan uso público de su razón”



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