HEBE


Hoy, los vencidos por Berdina y Maldonado, gobiernan y anulan los homenajes y la historia. El genocidio económico y cultural de la patria marxista y su agenda, hoy, agobia al país.


Se llama Hebe y es la mamá de Rodolfo Berdina.

Durante esta agobiante semana plagada de indignidades, egoísmos y miserias, la historia de Hebe, el subteniente Berdina y el soldado Maldonado, son un bálsamo, un soplo de virtud por donde la Patria aún respira.

Hebe tiene 93 años pero su voz permanece fuerte y clara, como el espíritu de su hijo que la acompaña desde el 75, en que cayó combatiendo en el monte tucumano, por mandato de un gobierno constitucional.

Tan fuerte, clara y digna la voz de Hebe como indigno su antónimo, el esclavo de la vileza que borra el homenaje a los valientes héroes de la patria. 

El jefe del Estado Mayor del Ejército, General de Brigada Agustín Humberto Cejas, borró el homenaje que el Ejército Argentino hiciera a los “rodillas negras” Subteniente Berdina y Soldado Maldonado. El General borró el homenaje por orden del ministro de defensa Rossi, prestando su deshonra y colaboración a otro nuevo avance del relato sobre la verdad y la historia.

No se cómo llamar a semejante indignidad. 

Nadie renunció y la familia militar sigue en estoico silencio. Todo pasa y se olvida en una semana decadente. 

Busco algo para rescatarnos y le mando la noticia de Berdina por wasap a mi subteniente de la colimba… porque, en esa época, los hombres decentes e “idealistas de verdad”, éramos todos Berdinas y Maldonados.

Mi subteniente, hombre duro y de pocas palabras me contesta el mensajito de wasap con la carta de Hebe. 

Esta Hebe, es la madre que me gustaría tener si no tuviera la que tengo.

Dice así, luego de la muerte de su Rodolfo:

“Me dirijo a aquellos que troncharon la vida de mi hijo, a los que sin mostrarse a la luz pretenden destrozar los pilares de nuestra Patria.

Soy la madre del Subteniente Berdina, de ese Subteniente con mayúsculas porque supo defender sus ideales de argentino y de militar, dando la cara, peleando de frente y de pié. Ni él, ni sus soldados necesitaron drogarse para ello. Porque el valor es así, consciente, claro, sin elixires que empañen su acción y sus ideas.

No los maldigo, les doy las gracias en nombre de él y de todos los héroes que dejaron su vida por amor a Dios, a la Patria y a la Familia, porque todavía esa es la fe del soldado, esa es su meta.

Mi pérdida es irreparable, pero me siento henchida de orgullo porque sé que mi Rodolfo está en la gloria de Dios y en el corazón de todos los compañeros que lucharon o no a su lado”.


La “carta de un soldado” de Hebe Susana Solari de Berdina es un verdadero oasis, dentro del caos decadente y paupérrimo.

Hoy, los vencidos por Berdina y Maldonado, gobiernan y anulan los homenajes y la historia. El genocidio económico y cultural de la patria marxista y su agenda, hoy, agobia al país.

Pero hay que entender que la indiferencia y el olvido de los argentinos para con los que se jugaron por defendernos, es lo que nos trajo hasta donde estamos ahora, en manos y a merced de los que nunca dieron la cara, ni fueron de pie y de frente, como el Subteniente Berdina y el Soldado Maldonado.

El General Cejas se puso a nivel del Gato Silvestre con la ofensa a los soldados de Malvinas. Es un símbolo, como el Papa que se niega a usar los zapatos colorados que representan a la sangre de los mártires.

Desde allí, no se vuelve.


Juan Martín Perkins.  

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