OJO CON PISAR EL CÉSPED DE LA PLAZA
En la película “The Post” hay una escena donde el ex Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Robert McNamara, recibe un informe detallado sobre la evolución de la guerra en Vietnam.
Un observador, agente del Pentágono, recién llegado de Saigón, le da un panorama sombrío sobre la situación en el frente y le asegura que no hay posibilidades de que EEUU pueda ganar la guerra.
McNamara, recibe las noticias y da una conferencia de prensa para informar a los EEUU y al mundo que los progresos en el frente son significativos y alentadores y que la libertad se impondrá ante el comunismo, bla bla bla.
McNamara, también ex presidente de Ford Motor Company y del Banco Mundial, mintió descaradamente. Como se miente en la política, hasta cuando se dice “buen día”.
Siempre por los intereses del pueblo y la seguridad de la nación.
Es sabido que en una guerra, lo primero que se sacrifica es la verdad. En Argentina lo sabemos muy bien.
Pasa en todos los países que los gobiernos intentan manipular, en algunos lo logran, en los que tienen instituciones fuertes y apego a la verdad... no.
El fin de la historia es que, finalmente, cayó el gobierno por mentir a los ciudadanos y se supo que se mandaban norteamericanos a morir inútilmente por razones electorales y políticas.
Con la pandemia, algunos gobiernos usan la misma estrategia. Desde el primer momento se caracterizó al virus en términos bélicos, como el enemigo invisible y silencioso al que hay que atacar por todos los frentes. El virus y su presunta letalidad, peor que la del comunismo y la del neoliberalismo juntos, lo justifica todo, hasta la pérdida de la libertad y la razón.
El domingo pasado escuché la conferencia de prensa de nuestro McNamara vernáculo. Por el contrario del norteamericano exitista, el nuestro, nos descargó camiones de terror y pánico. Según nuestro gobierno local, el enemigo nos acecha y está por doblegarnos por culpa de los traidores e irresponsables que tenemos entre nuestras filas. La derrota es inminente, tenemos el boleto picado.
Subimos y bajamos de fase, prohibimos, amenazamos en nombre de la salud y la vida.
El detalle de esta conferencia fue que al terminar, cuando llegó el momento de cortar el audio y pasar a estudios, el audio del ambiente post conferencia no se cortó. Como la verdad vive en la cámara apagada y el micrófono cerrado... la circunspección y el dramatismo impostado dieron paso a la distensión y la naturalidad. Al aire pudo apreciarse el cambio de clima que nunca llega al público porque pertenece a la “cocina” política..
Recordé a McNamara en su mentira histórica y la asocié al final de la conferencia cuando el intendente pidió a los manifestantes de la marcha que no le pisen la plaza porque es de todos. Me pregunté si de todos menos de los participantes de la marcha…
Especialmente recordé a McNamara cuando amenazó: ¡guay del que me maltrate a un policía! Justamente él, que boxea con la gorra desde los 15 años y pertenece a una fuerza política que los humilla y sepulta bajo 20 toneladas de cascotes.
Es cierto, lo primero que se sacrifica es la verdad, por eso nuestro director del Hospital no dará más reportajes a la radio de más audiencia.
Tarde o temprano, tendremos un nuevo Watergate y sabremos la verdad sobre la pandemia.
Llegará un momento en que, como “The Post” los medios tendrán que optar entre el sobre, la coima, la publicidad, el interés nacional, la ideología…. y la VERDAD.
Lo que hace grande a un país y felices en la prosperidad a sus ciudadanos, es vivir en la VERDAD.
Juan Martin Perkins