SOBRAN ARGENTINOS, FALTA LA ARGENTINIDAD
No existe, para esta casta monstruosa y despiadada, otro interés que su propio beneficio.
Autor: Marcos Kowalski (@kowalskimarcos)
La gran mayoría de los argentinos sufre las tribulaciones de esta época sin que nadie parezca contenerlos, viviendo una insidiosa etapa de perdida de libertades e inequidad impuesta por una casta política que gobierna administrando miseria en lugar de prosperidad.
Que se come al contribuyente con impuestos abusivos mientras distribuye pobreza entre los que trabajan y limosna entre los demás. A contrapelo de las leyes, incluyendo la Constitución Nacional, y so pretexto de combatir la pobreza y el hambre empoderaron al malandra, al marginal, liberando a presos convictos.
Permitiendo la usurpación de propiedades privadas, todo esto sin perjuicio de haber obligado a la población a permanecer en aislamiento obligatorio, con el pretexto de cuidar la salud del pueblo, mientras elucubran miserables especulaciones de poder, legislando sobre banalidades sin sentido ni patriotismo y dejando de lado lo importante.
No existe, para esta casta monstruosa y despiadada, otro interés que su propio beneficio, tanto Macri y su recua de ladrones de guante blanco, tan ladrones y progresistas, como los que gobiernan hoy en este gobierno de la cipayería mundialista con todos sus cómplices y aliados.
Como los jueces ideologizados que dictan fallos lejos de la realidad y mistificados en lo absurdo de las ideologías sin sentido común y con un periodismo de payasos ignorantes que publican basura en los medios haciendo el coro para presionar al ciudadano común, imponer el miedo y la desesperanza.
Todos ellos se relamen tratando de consumir hasta el último vestigio de la dignidad del ciudadano argentino, en nombre de una democracia que desde hace cuatro décadas nos viene destruyendo material y espiritualmente, propiciando una socialdemocracia, progresista que es heredera del marxismo.
Los unos propician el «socialismo» los otros son el cholulaje liberal llorando por el «libre mercado» o los «libertarios» que en su inconsciencia «anarco-capitalista» quieren privatizar las calles, mientras forman parte de lo mismo y negocian con gusto, porque también son «el sistema» que defiende, difunde, y colabora o pretende conducir la «Globalidad» y el «Nuevo Orden Mundial».
La gran mayoría de la población de Argentina no es ni de izquierda ni de derecha, que no son otra cosa que categorías inventadas por el régimen y términos de una dialéctica intrasistémica, son dos cosas que en resumen conducen a lo mismo. Dos puertas que comunican con un mismo ambiente, dos falsas salidas de la cual, la verdad es que los argentinos no participan.
El argentino promedio, tampoco participa de un determinado partido político, no es ni peronista ni radical, menos de Cambiemos, liberal o marxista. Los porcentajes que los candidatos obtiene en las contiendas electorales son producto de una opción entre malo y peor, no de una libre elección de candidatos con propuestas que interesen.
Es que el sistema vigente, de partidos. está basado en una serie de preconceptos ideológicos tanto en su versión derechista liberal como en la versión progresista o marxista. La gran mayoría de los argentinos ni siquiera están interesados en ideología alguna sino en el sentido común de la realidad y en poder llevar su cuerpo por un lugar seguro.
En cuanto a las decisiones económicas, el gran público sólo busca protegerse lo mejor posible de las vicisitudes cotidianas, un gran porcentaje haciendo malabarismo para sobrevivir y el resto buscando no descapitalizarse, Lo cierto es que el índice de empobrecimiento de la población es hoy altamente preocupante.
En estas condiciones asistimos a que una parte de la juventud de la clase media están esperando que los dejen subir a un avión para irse del país, Al gobierno y sus negociaciones económicas sólo lo apoyan los jóvenes «idealistas», «fanáticos» y «progresistas» que siguen encerrados en sus casas acatando sin rebelarse una cuarentena sin sentido y “denunciando” al que sale a tirar la basura sin un barbijo.
Hoy día nuestra Nación se encuentra en un estado total de postración, en lo político y económico, pero sobre todo en lo cultural y espiritual. Porque hemos perdido la conciencia de nuestra argentinidad, esta casta política pretende hacernos digerir una contracultura mundialista haciéndonos renegar de nuestra autentica Tradición Nacional y de nuestra historia.
Y esa es esencialmente la razón, del clamor popular para «que se vayan todos». Lo que oímos en las calles no es sólo contra este gobierno, progresista y mundialista, que nos impone esta cuarentena sin fin y este mito de la pandemia. no es manifestar en favor de ningún opositor, No es manifestar por la constitución de 1853. No es manifestar por la democracia. Es decir, a voz en cuello, que hoy tocamos fondo, que esto es un grito contra toda la política y sus cómplices. Por eso tienen que irse todos.
Se requiere que se interprete adecuadamente al rumor de los que no tienen voz, que se escuche al comerciante, al trabajador rural, al empleado de los comercios, a los administrativos de las empresas, al técnico de las fábricas y al operario común, todos en un silencio que ya aturde proclaman su cansancio con estos crápulas auto entronizados. Se les está cayendo la imagen y seguramente también saben que caerán ellos.
Están estos políticos, como aquel que estaba pintando el techo y alguien le dijo «agárrate del pincel que te voy a sacar la escalera» el pincel es el auto-golpe que se quieren dar, es el cambio para no cambiar ellos, en el pasado lo lograron, no deberíamos permitírselos ahora. Si no reconquistamos la Argentina, sucumbiremos y nuestra Patria se disgregará.
Las circunstancias actuales, hacen que muchos argentinos coincidamos, en forma desorganizada, en repudiar la «casta política» que nos tiene esclavizados, casi todos sabemos que esto está mal, el camino está equivocado, lo que todavía falta es aunar criterios y adherir a una propuesta orgánica para reconquistar la argentinidad oculta y latente en nosotros.
Entre los argentinos, aún entre los que ponderamos la Nación, hay muchas diferencias, no hay necesidad de mencionarlas. Pero acaso no sean tantas como se puede creer, sobre todo en estos momentos en que nuestro patriotismo de argentinos debe hacernos jugar el todo por el todo. La necesidad de reconquistar la Argentina es la que debe juntarnos primero por imperio de la circunstancia.
Para luego continuar buscando de forma orgánica llevar los anhelos del patriotismo a la acción. Existe todavía una esperanza, un haz de luz que se ve reflejado en el Nacionalismo Argentino y en el espíritu patriótico de muchos de nosotros, los argentinos sencillos, que buscamos hacer elevar de nuevo nuestra Bandera Azul y Blanca y salir del oscurantismo apátrida.
Contra lo que afirma el derrotismo, escepticismo y desesperanza de muchos, que comprendemos, pero no compartimos, creemos que hay muchos patriotas dispuestos a hacer el bien para la Patria, pero, los objetivos de reconquistar la argentinidad sólo se alcanzarán con la lucha inquebrantable, inteligente y dirigida con astucia y sabiduría, y siempre contando con la ayuda de Dios.
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