EL NUEVO ORDEN MUNDIAL
Autora: Hyspasia
Desde la caída del Muro de Berlín se ha establecido en Occidente el Nuevo Orden Mundial. El mismo quedó como único reinante a partir del año 2000, sin oposición.
En el SXXI se producen los siguientes hitos: entre en vigencia el euro, comienza un ciclo de 16 años en EEUU con Bush-Obama. En América Latina se establece el socialismo del SXXI con Chávez, Lula (2003) y Kirchner (2003)-Fernández.
¿Quiénes mandan?
Es una alianza conformada por las grandes multinacionales (químicas, acerías, petroleras, automotrices, manufactureras, laboratorios), las finanzas (grandes bancos y grandes fondos de inversión), las burocracias nacionales y la burocracia internacional.
Esta es una alianza sólida desde la Segunda Guerra Mundial. Sus miembros se beneficiaron mutuamente.
La novedad luego de la caída del Muro de Berlín es la incorporación de nuevos socios a la alianza.
¿Quiénes son?
Los partidos socialistas, marxistas, comunistas, neomarxistas, etc. de Occidente no soviético, ahora conocidos como “progres”. Lo que los sajones llaman “liberals”.
Éstos quedaron colgados del pincel luego de la implosión de la Unión Soviética. Se quedaron sin dinero ni directivas de Moscú y se quedaron sin “relato” para vender a sus seguidores. El Nirvana prometido resultó ser de papier-maché.
Estos partidos no gobernaron en Occidente durante la Guerra Fría excepto en casos esporádicos y sólo con gigantescos controles por parte del status quo.
En EEUU el marxismo fue perseguido y dinamitado por el macartismo. Luego de Vietnam resurgieron como hippismo, derechos civiles, y feminismo.
En resumen, la gente que se asociaba a cualquiera de estos grupos no accedía a posiciones de dinero y poder.
Todo eso cambiaría.
A partir de la caída del Muro de Berlín los grandes grupos económicos les ofrecen a toda esta gente pertenecer al círculo de poder. A que accedan a ser presidente o primeros ministros, les ofrecen dirigir las universidades, puestos jerárquicos en las burocracias, altos sueldos, auto, chofer.
¿Pero por qué un ejecutivo de Syngenta, Bayer, Ducilo, General Motors, Microsoft, UBS, podría tener interés en contratar perdedores como el Partido Socialista Francés o un grupejo de actores o a alumnos de Sartre?
Ah. Es una buena pregunta.
Acá tengo que hacer un poco de historia.
Luego de la Segunda Guerra Mundial EEUU decide hacer inversiones en Alemania y Asia para no cederle esas plazas a Rusia y que sean una vidriera del “avance” y las “ventajas” del sistema capitalista. En particular en Asia da lugar a HK, Japón, luego de la Guerra de Corea, a Corea del Sur y luego de la revolución China a Taiwan. El truco fue autorizar la exportación de ciertos productos asiáticos al mercado norteamericano.
Luego Nixon viaja a China. Y ahí surge el plan de ir separando a China de Rusia, aislar a Rusia todo lo posible y que finalmente detone.
Entonces las grandes empresas empiezan a poner dinero en fábricas en China (China no tenía capital propio para invertir). Pero eso sólo es posible si en los países origen de esos capitales pueden ingresar los productos chinos.
Para ello modificaron las legislaciones locales altamente restrictivas. Tanto EEUU como la CEE eran (son) economías altamente reguladas, en particular en comercio exterior. Ingresan únicamente los productos que los burócratas quieren.
¿Qué aportan entonces los socialistas/comunistas/marxistas? Seguridad.
No importa quién esté en el gobierno, las políticas serán estables. Se establece un sistema de partido único por el simple procedimiento de que todos los partidos son iguales. En Gran Bretaña, laboristas y tories tienen la misma plataforma. En Francia esté Chirac, Sarkozy, Hollande o ahora Macron, existe una sola política, en España han tenido a González, Aznar, Zapatero, Rajoy y Sánchez, pero el plan es uno y uno solo. En Alemania han tenido a Merkel y a...Merkel.
Acá esté Kirchner, Fernández o Macri, el plan es el mismo.
El monopolio de la política tiene innumerables ventajas para las grandes empresas y los grandes bancos: la absoluta seguridad para los negocios. Pero esta alianza les dio algo más: un nuevo orden jurídico.
En efecto, fueron transfiriendo atribuciones desde los estado-nación a organismos supranacionales. ¿Qué puedo comprar o vender? Lo que dice la Organización Mundial de Comercio. ¿Cómo son las finanzas internacionales? Lo que digan la FED, el Banco Europeo y el Banco de Inglaterra, los únicos que cuentan. Ningún primer ministro italiano o griego podrá abrir la boca.
Para hacer semejantes modificaciones se necesitan mayorías calificadas, por lo general ⅔. Para eso sirvió incorporar a los partidos socialistas a la Rueda de la Fortuna.
Gracias a esa valiosa colaboración delegaron facultades a los numerosos organismos creados en Bruselas.
Pero hay algo más importante aún. Han ido mutando el derecho objetivo a uno subjetivo. Perdonen mi falta de conocimiento técnico por no ser abogada. Durante siglos la máxima fue “todos igual frente a la ley” y se juzga según los hechos, no según el denunciante o denunciado. Eso va mutando de a poco.
Creo que el feminismo es un globo de ensayo. Porque si puedo diferenciar un hecho según si el victimario es una mujer o no (si es mujer no importa si asesinó al esposo), mañana lo podré hacer en otros casos. Ejemplo una ley distinta si el demandante es el almacén de la esquina o Bayer ®.
Hoy es así, porque pueden pagar distintos abogados. Pero es de hecho y no de derecho.
El otro tema es que se va mutando a un sistema de gobierno donde el voto no importa más.
Las decisiones la toman burócratas que nunca fueron votados. Sobre política de inmigración o contenidos escolares.
Acá, la constitución de 1994 (aprobada por ambos partidos mayoritarios) delegó atribuciones constitucionales en organismos internacionales.
La Constitución argentina exige una larga serie de requisitos para nombrar a alguien como juez. Concurso, entrevista, terna, selección de presidente, luego período público para que alguien se oponga, luego aprobación del Senado. Sin embargo sus sentencias son revisadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos integrada por “jueces” nombrados a dedo.
A cambio de tanta colaboración las izquierdas recibieron enorme botín: dinero, poder y lo que más les gusta: decirle a la gente lo que deben hacer, lo que deben pensar y castigar al disidente.
Tomaron la dirigencia de las universidades, incluidas Oxford y Cambridge y las caras universidades norteamericanas, y se dedicaron metódicamente a bajar una ideología propia (bastante freak) y echar a los disidentes. Tomaron por asalto todos los sistemas penales de Occidente, pusieron en vigencia leyes delirantes y expulsan o castigan a todo aquél magistrado que no se rija por sus caprichos. Controlan la totalidad de la prensa. Tenemos la paradoja de que los medios de comunicación siguen en poder de multimillonarios, pero con redactores y jefes de redacción “progres”.
Los medios de comunicación públicos como la BBC son 100% progres y se dedican públicamente a hacer escarnio de “la extrema derecha” que es cualquiera que piense distinto. La actitud de los medios de NZ frente al atentado a la mezquita fue patética. Los medios no cubren los “chalecos amarillos”. Miles de ejemplos.
Las izquierdas tienen, además, otra virtud. Son obedientes. Cualquier cosa que les bajen, la militan. Si hay que militar la inmigración masiva, ahí están. Si se trata del calentamiento global, ahí están. Si hay que inventar “pueblos originarios”, ahí están. Ponen carteles de Santiago Maldonado en el subte de Alemania. Ojalá nosotros tuviéramos gente tan disciplinada. Si hay que militar el aborto, la pedofilia, el veganismo, abrazar árboles o dejar de criar vacas porque tienen gases o matar a la abuelita porque “pobre, sufre mucho”, lo que sea, lo militan.
Es por eso que son aliados fenomenales. Y estas últimas tres décadas han sido extremadamente solícitos con los grandes bancos y las grandes empresas multinacionales. De dos formas:
- Distrayendo a la población. Ejemplo: mientras en España desahuciaban a decenas de miles de familias la izquierda hacía jornadas de postporno. Dejan a cientos de trabajadores de Whirlpool sin trabajo en Francia porque mudan la fábrica a Polonia y la izquierda se ocupa de dar hormonas a menores de edad. La nueva izquierda demócrata se burla de los millones de trabajadores calificados que se quedaron sin trabajo en EEUU y se ocupan de grandes temas como los baños públicos unisex.
- Sirviendo a los negocios. Las grandes empresas son proveedores de estado a estados gigantes. Las petroleras quieren el petróleo de Irak, ahí mandan el ejército de EEUU y GB pagado por los contribuyentes de ambos países. Quiebran bancos y financieras, ahí pone EEUU (Bush) y España y GB miles de millones de dólares o euros para salvarlos. El Acuerdo de París ha sido la excusa para entregar cientos de miles de millones de euros a empresas como Shell para investigaciones experimentales con algas, a Tusk para desarrollar el auto eléctrico, llenar de molinos de viento a España. Despilfarro, tras despilfarro que favorece a cien empresas y sume en la pobreza a millones de europeos y norteamericanos (y nosotros).
Existe otra razón por la cual las empresas dejaron los países industrializados para irse a (algunos) países del Tercer Mundo: dejar sin trabajo a millones de trabajadores altamente sindicalizados para producir en países sin cultura sindical, donde tienen a un pobre tipo trabajando doce horas diarias por unos pocos dólares. Eso, los defensores de la globalización lo presentan como incorporar a millones al capitalismo. Hay que ser canalla.
La consecuencia en estos países ha sido dramática. Pittsburgh, Detroit, Kentucky, Tennessee. Noreste de Francia, Birmingham, Gran Buenos Aires y Gran Rosario, ciudades y estados enteros con millones de desocupados, obreros especializados con décadas de experiencia. En esas zonas de EEUU ha bajado la expectativa de vida. Sus hijos debieron emigrar o cayeron en el lumpenaje.
Hay respuestas, todavía no logradas:
- Brexit
- Trump
- Salvini
- El rechazo al aborto en Argentina.
- Chalecos Amarillos
- Veremos cómo resultan las elecciones europeas.
Todos son rebeliones no instaladas. Son batallas en curso.
Pero por lo menos la respuesta ha empezado.
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