ADOCTRINAMIENTO Y MILITANCIA
Producto de la pandemia, Hija menor cursa carrera en la Universidad Católica desde mi oficina. Oigo sus clases por zoom.
Me desayuno así, tanto del nivel académico como de la tendencia con la que muchos profesores dictan sus clases.
Hoy se debate sobre los dichos de Soledad Acuña, Ministra de Educación del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
La Ministra decidió salir del placard con una verdad grande como el Catamarán Papa Francisco de Buquebús que amarra en Puerto Madero... y ahora está a los palazos con las águilas que se la quieren devorar. Violó una regla básica y fundamental de la política, ¡dijo la verdad!
Reveló que muchos maestros prefieren adoctrinar a enseñar y que muchos alumnos van a militar en vez de a estudiar. Mucha ideología de género y poca o nada tabla del 2.
Se refirió a la educación como una salida laboral y agregó que el nivel de los maestros es inferior con el paso del tiempo. Verdades enormes que le ganaron una jauría de chacales pidiendo su renuncia.
Es que la ministra tocó a la víbora con un palo demasiado corto… ¿y ahora?
¿Correrá la misma suerte que Darío Lopérfido cuando cometió su sincericidio memorable?
¿Sostendrá sus dichos? Quizás para el fin de semana sus colegas ya la hayan arrepentido con el garrote ideológico y obligado a pedir disculpas a la corporación educativa.
Dudo que pueda bancar la parada, porque pertenece a un espacio político con pocas convicciones y que viene impulsando una agenda deplorable.
El hecho me trae a la memoria cuando en Choele Choel, al ministro de Educación de aquel tiempo, Esteban Bullrich, inauguraba una escuela y se le escapó citar a Julio Argentino Roca. El ministro, seguro de que decía una genialidad, expresó su deseo de hacer una NUEVA CAMPAÑA AL DESIERTO como cruzada de la educación.
Los abucheos lo bajaron del palco interrumpiendo su discurso. Los medios de comunicación, los maestros y la dirigencia sindical fueron tan feroces que el ministro Bullrich tuvo que desdecirse y pedir disculpas por citar a Roca.
También recordé al ministro de educación de Macri en la ciudad, Abel Posse, que fue obligado a renunciar por presiones de la dirigencia sindical de los docentes. Casi se lo comen crudo por cometer el sacrilegio de sugerir que había que solucionar el problema de los militares.
El relato y su militancia no admiten disidencias.
Espero que esta vez, Acuña mantenga sus dichos. Es la verdad.
Doy fe que sus palabras representan la realidad porque la vivo a diario. La pandemia lo deja al descubierto, aún también en la UCA, donde, se supone, podría haber diferencias con otras universidades. Pero no, el relato es transversal.
Ley pareja para todos, marxismo a FULL. Y no saques los pies del plato porque te atrasas en la carrera, reprobarás sin explicación, sin devolución, sin poder ver tus errores… Así de simple. Por tener pensamiento disidente, al enemigo, ni justicia.
Todos los padres, en mayor o menor medida, sabemos que esto está pasando. Aunque miremos para otro lado y rehuimos el debate, esto ocurre y nosotros somos también responsables. Nota de la Editora: Esta foto con blanquitos, algunos rubiecitos
con la bandera pseudoindígena inventada hace poco por otros blanquitos
es fantástica. Falta un Nieves Zuberbuler diciendo BLM.
Tenemos dos caminos, uno es matar al mensajero, como hicieron con Acuña y conmigo.
Nos pueden guillotinar y seguir con esta fiesta nacional y popular de genocidio educativo, o podemos tomar el camino de la verdad y hacernos cargo. La decisión es nuestra.
La verdad está a la vista, requiere compromiso, honestidad intelectual y coraje.
Juan Martín Perkins.