¿DÓNDE ESTÁ GUIDO FAWKES CUANDO SE LO NECESITA? PRENDAMOS FUEGO TODO.
Autor: James Delingpole (@JamesDelingpole)
Nota original: https://www.breitbart.com/europe/2020/11/05/bonfire-night-is-banned-where-is-guy-fawkes-when-we-need-him/
Traducción: Hyspasia
Delingpole:
La Noche de las Fogatas fue Cancelada.
¿Dónde está Guy (Guido) Fawkes Cuando lo Necesitamos?
Remember, remember, the fifth of November,
The Gunpowder treason and plot
I know of no reason
The Gunpowder treason
Should ever be forgot!
Recuerde, recuerde, el 5 de Noviembre,
La pólvora de la traición
No sé de ninguna razón
La pólvora de la traición.
¡Nunca debemos olvidarlo!
Hoy es Noche de Fogatas y, como todo británico nativo, ésta es la noche donde nosotros tradicionalmente celebramos el hecho de que este día en 1605 Guy (Guido) Fawkes y sus compañeros conspiradores fallaron en su intento de volar por los aires al Parlamento.
La mayoría de nosotros (con la excepción de los compañeros católicos de Fawke) hemos sido criados en la creencia de que Fawkes era uno de los malos (razón por la cual quemamos su imagen en fogatas todos los años) y que ese complot era no deseado. Este año, sin embargo, tenemos razones para reconsiderar nuestra posición.
Una razón por la cual podríamos sentirnos más empáticos con Fawkes es que por primera vez en la vida de todo británico nacido después de la Guerra (WWII), la Noche de las Fogatas ha sido efectivamente cancelada por el gobierno. Durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, la Noche de las Fogatas fue cancelada por la entendible razón de que los fuegos podía servir de señal para los bombarderos alemanes. Hoy ha sido cancelada por la menos entendible razón de que el gobierno ha elegido cancelar prácticamente toda actividad que no sea sentarse en casa mirando los avisos de la propaganda del gobierno donde nos cuenta que si no nos ponemos el barbijo vamos a matar a nuestra abuelita.
La gente a menudo se quejan, con razón, sobre los extraordinarios costos económicos y social de este segundo encierro que el régimen crecientemente totalitario de Boris Johnson nos ha impuesto esta semana. Hablan de la cruel, innecesaria, evitables muertes de cáncer diagnosticados demasiado tarde o de suicidio; hablan de los costos del Escheque se ha vuelto astronómico lo que llevará inevitamblente a impuestos confiscatorios - o peor, el Gran Reset que implica un INGRESO BÁSICO UNIVERSAL en donde nuestros derechos de propiedad y libertades son robados por la clase de remoto tecnócrata perteneciente a la élite que hace que gente como Dominic Cummings estar a la altura de las circunstancia; hablan de trabajos perdidos innecesariamente y de negocios en algún momento prósperos destruidos.
Pero es la acumulación de la pérdidas que hemos sufrido este año de todos los pequeños placeres, odiosa e innecesariamente arrancados a nosotros por el gobierno; lo que puede terminar siendo aún más peligroso para nuestro bienestar.
Uno de ellos es hacer ejercicio en el gimnasio.
¿Quién hubiera podido prever esto a principios de año? ¿Que el gobierno - un gobierno conservador, supuestamente, no uno encabezado por un delirante marxista como Jeremuy Corbyn - hubiera decidido prohibirnos, por nuestra salud y seguridad, de ejercitarnos en un gimnasio?
¿O que la policía - tan inútil para hacer cosas como prevenir que niñas menores de edad sean "groom" (prostituídas) y violadas a escalas épicas por bandas organizadas de musulmanes por sobre una década o de evitar que niños paren de acuchillarse unos a los otros en las calles - estén tan dispuestos a enforce esta prohibición?
Acá datos de esta mañana muestra a los agentes vestidos de negro hombro con hombro, como una banda delictiva para cerrar un gimnasio y multarlo £ 1.000, y a quienes pretenden usur el gimnasio £ 200: No es normal. No está bien.
No, pasando de tema, es la manera en que el gobierno ha prohibido una de nuestras mejores tradiciones de nuestro calendario: La Noche de las Fogatas.
Cualquiera que tenga hijos sabe cuán importante la Noche de las Fogatas es. Algunas veces asiste a una organizada por la escuela de los chicos, otras por autoridades locales, otras es un pequeño evento familiar con amigos: es un trade-off entre intimidad y espectáculo. Obviamente, en los eventos de mayor envergadura hay mayor drama porque pueden hacerse cargo de fuegos artificiales, algunas veces verdaderamente espectaculares: pero los eventos familiares/de amigos son probablemente los más divertidos porque no hay comisarios nazis de Seguridad diciéndonos que no te puedes acercar al fuego y que no puedes encender antorchas...
Pero este año, obviamente, no puedes hacer ninguno de los dos. La Noche de las Fogatas ha sido cancelada - junto a casi cualquier otra cosa - por orden de la más draconiana administración desde Oliver Cromwell y la más incompetente desde el reinado del Rey Stephen.
Gran Bretaña tiene una larga, orgullosa historia de rebeliones populares contra la autocracia: la Rebelión de los Campesinos, el Peregrinaje de la Gracia, la Carta Magan, la Guerra Civil, la Masacre de Peterloo. Más a menudo que no la gente la pasa mal y es masacrada por las autoridades, pero cada tanto, a lo largo del tiempo, ganan más libertades de las que pierden - y establecieron la tradición de que los británicos nunca nunca nunca deben ser esclavos de una autoridad arbitraria. Nuestros primos americanos - la mayoría de los Padres Fundadores eran descendientes de los colonos británicos - lo hicieron aún mejor.
Ahora fíjense en el quilombo en el que están inmersos.
No estoy proponiendo, obviamente, que ninguno trate de volar por los aires al Parlamento, porque, a) sólo lograrán que los atrapen, b) ¿quién querría arruinar ese magnífico edificio de revival gótico (neogótico) que diseñaron Charles Barry y August Pugin?
Pero sí creo que el tiempo ha llegado de resistir el sinsentido totalitario antes de que se vaya de las manos.
* * *
Delingpole: Bonfire Night Is Cancelled. Where Is Guy Fawkes When We Need Him?
Remember, remember, the fifth of November,
The Gunpowder treason and plot
I know of no reason
The Gunpowder treason
Should ever be forgot!
Today is Bonfire Night, and as every British native knows, this is the night where we traditionally celebrate the fact that on this day in 1605 Guy (Guido) Fawkes and his fellow conspirators failed in their attempt to blow up Parliament.
Most of us (Fawkes’s fellow Catholics are an exception) were brought up to think that Fawkes was a baddie (which is why we burn him in effigy on bonfires every year) and that his plot was an undesirable one. This year, however, we may have cause to reconsider our position.
One reason why we might all be feeling more sympathetic to Fawkes is that for the first time in the life of anyone born since the War, Bonfire Night has been effectively cancelled by the government. During the First and Second World Wars, Bonfire Night was cancelled for the understandable reason that the fires might illuminate the paths of German bombers. Today it has been cancelled for the rather less understandable reason that the government has chosen to cancel pretty much any activity that doesn’t involve sitting at home watching government propaganda adverts about how if you don’t wear a mask you’ll kill granny.
People often complain, rightly, about the stupendous economic and social costs of the second lockdown that Boris Johnson’s increasingly totalitarian regime imposed this week. They talk about the cruel, unnecessary, avoidable deaths from cancer diagnosed too late or from suicide; they talk about the costs to the Exchequer so astronomical that it will inevitably lead to massive confiscatory taxes — or worse, to a Great Reset involving a Universal Basic Income in which our property rights and freedoms are stolen from us by the kind of remote technocratic elite which makes people like Dominic Cummings big in their trousers; they talk about the jobs needlessly lost and the once-thriving businesses wantonly destroyed.
But it’s the cumulative loss we’ve suffered this year of all the little pleasures, spitefully and unnecessarily snatched away from us by the government, which may turn out to be even more dangerous to our well-being.
One of these is being able to take exercise in a gym.
Who would ever have predicted that at the beginning of the year? That a government — a Conservative government, supposedly, not one run by some deranged Marxist like Jeremy Corbyn — would decide to ban us, for our own health and safety, from working out in a gym?
Or that the police — so useless at doing things like preventing underage girls being “groomed” and raped on an epic scale by organised gangs of Muslim men over a period of decades or stopping kids stabbing one another to death in the streets — should be so brutally determined to enforce this ban?
Here’s some footage from this morning which purportedly shows the boys in black, going in mob-handed, to close down a gym and fine the owner £1,000 and anyone using the gym £200:
This is not normal. And it’s not right.
Nor, on a more topical note, is the way the government is banning us for engaging in one of the best-oved traditions in our seasonal calendar: Bonfire Night.
Anyone with children knows what an important annual ritual Bonfire Night is. Sometimes you go to one organised by your children’s school, sometimes by your local authority, sometimes just a small family event with friends: it’s a trade-off between intimacy and spectacle. Obviously, at bigger events you get more drama because they can afford more spectacular fireworks; but family/friends events are probably more fun because you don’t have Safety Nazi marshals telling you can’t go close to the bonfire and you can’t light sparklers…
But this year, obviously, you can do neither. Bonfire Night is cancelled — along with pretty much everything else — on orders of the most draconian administration since Oliver Cromwell and the most incompetent since the reign of King Stephen.
Britain has a long, proud history of people’s rebellions against autocracy: the Peasant’s Revolt; the Pilgrimage of Grace; Magna Carta; the Civil War; the Peterloo Massacre. More often than not the people came off badly and were crushed, but little by little over the years they won more freedoms than they lost — and they established the tradition that Britons never never never shall be the slaves of arbitrary authority. Our American cousins — most of the Founding Fathers being descended from British settlers — did even better.
Now look at the mess we’re in.
I’m not proposing, obviously, that anyone tries to blow up Parliament, as a) they’d only get caught, and b) who would want to damage those magnificent Gothic revival buildings by Charles Barry and August Pugin?
But I do think the time has come to resist this totalitarian nonsense before it gets any further out of hand.