ELECCIONES EEUU T015E026

Sí, Donald Trump será el próximo Presidente de Estados Unidos


AUTOR: Raúl González Zorrilla. Director de La Tribuna del País Vasco

@LaTribunadelPV 

Nota original: https://latribunadelpaisvasco.com/art/14076/si-donald-trump-sera-el-proximo-presidente-de-estados-unidos


Recuerden, dentro de unas semanas, lo que les digo ahora: Donald Trump será el próximo presidente de los Estados Unidos. Estamos sufriendo la más brutal campaña de desinformación que se ha producido en la historia de la prensa, desde que ésta naciera allá por el siglo XVI, quizás solamente comparable a todas las miserias informativas que se han generado alrededor de la pandemia del Covid-19. 

Joe Biden tiene de presidente de Estados Unidos lo mismo que el que firma este artículo: nada. 

El recuento todavía no ha terminado, nadie le ha proclamado, ningún Estado le ha reconocido como ganador y solamente él y los fanáticos que le rodean, aireados a los cuatro vientos por los medios de desinformación mundiales en manos de la extrema izquierda ideológica, por el totalitarismo socialdemócrata europeo, por el globalismo progresista y por los GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple) más el estercolero de Twitter, se creen la victoria misteriosa del amado líder que arrasó los Estados Unidos gracias al voto por correo. La táctica es tan sencilla, tan obscena, tan vieja y tan cruel como el comunismo o el socialismo. 

Y ha sido repetidamente utilizada en países como Nicaragua, Bolivia, Cuba o Venezuela,  especialmente Venezuela, y consiste en utilizar la propaganda más grosera, rastrera y apabullante para hacer creer a los ciudadanos que los simples deseos y los delirios y los espejismos de unos pocos son la realidad más cierta e incuestionable. Mentira. 

En las democracias que realmente lo son, la realidad colectiva se construye alrededor de las leyes legalmente constituidas, y no por la aclamación viral de los más estúpidos del lugar, por mucho que los citados sean presidentes de diferentes países de la UE artífices del fatuo, vacuo e inicuo consenso progresista, directores de cadenas de televisión vendidas al populismo neocomunista, consejeros delegados de empresas siempre bien subvencionadas con nuestros impuestos, presidentes de bancos multinacionales (¿ha felicitado ya la ínclita Patricia Botín a Joe Biden?) o actores que apenas saben hablar con claridad y, desde luego, mucho menos pensar con una mínimo de sentido común. 


Por cierto, que me dicen que Vladimir Putin aún no ha felicitado a Joe Biden. ¿Será que el antiguo responsable del KGB sabe algo que los demás no sabemos de cómo han contado los votos y qué votos han contado quienes apenas saben cantar algo más que una proclama marxista de salón o que una perorata buenista de galleta de la fortuna? 

Sí, estamos asistiendo a cámara lenta al fin de Occidente a manos del totalitarismo rojo que a empellones tratan de imponernos estos socialistas nos que son los socialdemócratas divinos, los fanáticos ayer hoy travestidos en marxistas culturales, los tecnólogos ignorantes que domeñan las redes sociales, los terroristas Antifa, los delincuentes callejeros del Black Lives Matter y el Islam político que se ríe de todo y todos mientras anima a la conquista de Europa mediante decapitaciones y ataques con cuchillos, según reconoce ahora Emmanuel Macron. Deberíamos no confundirnos. 

Toda esta gentuza, que es la misma que jalea e impone falsariamente a un presidente Joe Biden virtual, está empeñada en hacernos creer que vivimos en una distopía capitalista. 

No es cierto: vivimos en la gran utopía socialista. 

El reino de la mentira suprema, de la persecución al disidente, del castigo al políticamente incorrecto, de la censura y de la percusión a quien piensa diferente, de la manipulación de los mensajes, de la extorsión a través de impuestos infinitos que sirven para sostener los caprichos ideológicos de unos pocos, de la utilización oscura de la Policía y de los servicios secretos para satisfacer a las élites, de la vigilancia estrecha, de la amenaza y de la culpabilización permanentes y, en fin, ya saben, el paraíso de "la guerra es paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es la fuerza". 

Sí, no lo olviden. 

Donald Trump será presencial simbólicamente el próximo presidente de Estados Unidos porque toda acción genera su propia resistencia, porque el aún mandatario está en el lado correcto de la batalla cultural que vivimos y, muy especialmente, porque en este país, contrariamente a lo que ocurre en los países de la UE, el equilibrio de poderes funciona, la Justicia aún trata de ser independiente y alguien como Kamala Harris puede llegar a la vicepresidencia del Gobierno. Pero también puede acabar en la cárcel.




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