WHAT THE FRACK I

What the frack I
Fracking (and more) for (not so) dummies

Autor: José Luis Santana

Nota del Editor: Es un trabajo que se presentará en entregas.


Introducción

El fracking, nombre corto de fractura hidráulica, es una de las tantas tecnologías disponibles en la caja de herramientas para desarrollar yacimientos de petróleo y gas. Sin embargo, a diferencia de las demás, el fracking ha tomado dominio público debido a que es la técnica clave para permitir la producción de yacimientos no convencionales [1] de hidrocarburos [2] . Si bien, como ya veremos, el fracking no es de ninguna manera una técnica nueva, sí lo es la escala a la que debe hacerse en yacimientos no convencionales para lograr volúmenes de producción económicamente viables.
En este mini-paper trataremos de dar una noción de la técnica del fracking, su propósito, su funcionamiento, y sus implicancias.
Así que, ya sin más, arranquemos. Pero antes…

Un poco de dunga-dunga

Este es un paper orientado a personas sin conocimientos petroleros. Por eso, antes de pasar a explicar el fracking, es ineludible ver primero ciertos conceptos necesarios para entender los temas que vendrán más adelante. Así que vamos bien a lo primero, a los orígenes de la cosa.

La formación del petróleo

El merlinosaurio no tenía idea de petróleo.

Todo el mundo sabe que el petróleo es –básicamente– dinosaurios muertos, enterrados, sometidos a grandes temperaturas y presiones, hasta que quedaron hechos ese caldo negro que todos conocemos, ¿no?
Bueno, no, para nada. Los dinosaurios no tuvieron absolutamente nada que ver. El petróleo ya venía cocinándose desde hacía varias decenas de millones de años para cuando los brontosaurios masticaban copas de árboles mientras se bañaban apaciblemente en las lagunas jurásicas [3]. En realidad, la cosa fue algo menos interesante que dinosaurios enterrados, pero mucho más masiva. Hace unos 300 millones de años la Tierra estaba tapada de vegetación y las aguas de las marismas y paleo-mares, llenos de bacterias y otros bichos unicelulares, y también de varios animalejos (no, dinosaurios todavía no, no insista). Todo en cantidades ingentes. Cuando este material orgánico moría, se depositaba en el piso o en el fondo acuático bajo lodo y arena donde se descomponía y, luego, durante milenios, era tapado bajo cientos o miles de metros de tierra y rocas. En esos depósitos ricos en materia orgánica, ciertas bacterias y las altas temperaturas y enormes presiones del subsuelo, con el tiempo, “cocinaron” todo hasta formarse el líquido espeso que hoy reconocemos como petróleo. Y no sólo eso: a temperaturas más altas y en tiempos más largos también se formaron otros hidrocarburos más simples y livianos: el gas que sale instantáneamente cuando giramos la perilla de la cocina para calentarnos el guiso de anoche luego de volver de la marcha ambientalista, o el del encendedorcito Bic de cuando prendemos un sahumerio para armonizar la casa y meditar sobre los males y contaminación que provocan las grandes corporaciones petroleras contrarias al bienestar general, luego de lo cual nos iremos a dar un baño bien largo, caliente y relajador con agua templada mediante un buen poco más de ese gas, miraremos el éxito de la manifestación por la tele, gracias a la magia de la electricidad generada en buena parte por modernas centrales a gas de ciclo combinado y, ya satisfechos y contentos por nuestro aporte a la civilización, llamaremos –para congratularnos y horrorizarnos mutua y simultáneamente– a algún compañero marchista por nuestro celular fabricado con plásticos resistentes y bellos que por supuesto también vienen de… pero bueno, el lector ya se imagina.
Un temita: no existe “el” petróleo sino “los” petróleos. Hay de muy distintos tipos [4], y de condiciones de color, olor y viscosidad tan diferentes que a primera impresión parecerían ser cosas distintas. Si bien el negro (en realidad, un ocre extremadamente oscuro) es el más común, hay otros que son un líquido algo transparente de color ámbar, otros de color verde, y aún otros incoloros.

Un viaje que termina en trampa
Este dibujo está mal a TANTOS niveles…

Otro mito bastante común es que el petróleo está en unas especies de gigantescas lagunas hidrocarburíferas a varios cientos o algunos miles de metros bajo la superficie. Lo de los cientos o miles de metros de profundidad es totalmente cierto. Lo de las lagunas, totalmente no.
Si consideramos un poco lo que acabamos de ver en el apartado anterior, no resulta ilógico imaginar que el material orgánico primigenio mezclado entre arenas y lodos, luego hundido profundamente y sujeto a grandes temperaturas y –sobre todo– apretado bajo enormes presiones, lo que menos hace es generar una gigantesca burbuja o cueva subterránea de líquido o gas a presión. Lejos de eso, lo que se genera es una señora roca de muy padre y señor nuestro, y esa roca es la que está embebida en hidrocarburo.
Esta roca generatriz lleva el poético nombre de roca madre. Pero el hidrocarburo en la roca madre no se queda ahí sino que, como buen hijo que es, cuando está maduro busca lugares de menor presión que –lógicamente– están más arriba. Así asciende de a poco, migra, se traslada a otras rocas menos profundas y más o menos permeables que lo reciban. Y seguiría así, esparciéndose bajo tierra por todos lados y cada vez más fino, como estirado, como manteca untada sobre demasiado pan [5] hasta finalmente desvanecerse en vestigios, si no fuera porque ocasionalmente es recibido por una roca porosa y permeable que sucede que está rodeada por otras rocas demasiado densas e impermeables que impiden que el hidrocarburo fugitivo pueda moverse más. A estos lugares en donde queda atrapado se los llama, quizás poco imaginativamente, entrampamientos, y los hay de distintos tipos que no vienen al caso en este paper. Y benditos sean estos entrampamientos, porque de ahí es de donde sacamos el petróleo y gas a los que tan afecta es nuestra civilización tal como la conocemos.

Si no se entiende con este dibujo, no se entiende con nada.


* * *
Continuará.

* * *



Notas:
[1] A no desesperar con la terminología, que trataremos de ir viéndola y explicándola en notas al pie como esta a medida que vaya apareciendo. Los yacimientos no convencionales se refieren a formaciones con hidrocarburos cuya explotación es antieconómica o directamente imposible sin ciertas técnicas como el fracking. En estas formaciones no convencionales está el futuro de la explotación de hidrocarburos, ya que abren un horizonte de reservas mucho más amplio a nivel global.
[2] La palabra hidrocarburo refiere globalmente tanto al petróleo como al gas, todos (y digo “todos” porque hay varios petróleos y distintos gases, pero eso es otra historia) son hidrocarburos. A la que comúnmente nos referimos como “la industria petrolera” es en realidad “la industria del petróleo y gas” u “oil & gas”.
[3] Se calcula que los inicios de la formación del petróleo datan de unos 300 millones de años atrás. Los primerísimos dinosaurios (y unas porquerías chiquitas, no las bestias sensacionales que vinieron después) recién aparecieron hace poco más de 200 millones de años, y se extinguieron hace unos 60. La imagen de los dinosaurios relacionados a la generación de hidrocarburos es más o menos tan temporalmente errónea como la de los humanos conviviendo con dinosaurios.
[4] Hay catalogados más de cien “blends” diferentes. Y si alguna vez oyó hablar del precio del petróleo como “el precio del WTI” es porque ese es el marker price que usamos para nuestros petróleos: el West Texas Intermediate. Pero hay otros, como el Brent (para petróleos del Mar del Norte), el Bonny Light (Nigeria), etc., cada uno con características –y precios– diferentes.
[5]  “I feel thin, sort of stretched, like butter scraped over too much bread.” (The Lord of the Rings, J.R.R. Tolkien).


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